Cuento con moraleja

Había una vez, una familia de conejos que tenían el orgullo de ser totalmente blancos por muchisimas generaciones, cientos de generaciones sin ninguna mancha, ni un pelito de otro color, pero, esta familia un día tienen una cría de conejitos de los cuales uno sale con una mancha de color negro en la punta de una oreja, como era la punta tenia la forma de un triángulo, y como era chiquita digamos que era un triangulito, se imaginan la desesperación, después de tantas generaciones, nace un conejito manchado, una deshonra, algo inaceptable para toda la familia y lo empiezan a dejar a un lado, ninguno lo quería al pobre conejito, se fue criando solito, discriminado, traumatizado y un día cansado de sufrir, de estar solo decide cortarse la oreja para sacarse esa mancha y que su familia lo acepte, se va hasta las vías del tren, apoya la oreja sobre el riel para que cuando pase el tren se la corte pero en su ansiedad se arrima demasiado y cuando pasa el tren le corta la cabeza al pobre conejo.
Moraleja: nunca pierdas la cabeza por un triangulito de pelo negro.

 

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