VOLVER A AMAR

Yo cruzaría el mar de la palabra
por el amor, que amando, resucita,
y llegaría al sol en la esperanza
de verlo entre sus brazos cada día.

Yo sería la sal que, en una lágrima,
le bebe el agua a la pasión dolida,
tan sólo por no ver llorar sus ojos
ni ver como su alma se marchita.

Yo sería su paz, su luz, su lodo,
tan sólo por que fuera agua bendita
la que le recorriera cada hueso
cuando siente la ausencia de la vida.

Y en cambio... sólo soy este despojo
de hueso y piel sin luz, carne molida
en el deseo de sentirme amada
y en ese amor, volverme fugitiva.

Y andar por el camino, sin los pasos,
recorrer de la mano, ya sin prisas
un laberinto azul en que, al perdernos,
nos reencontremos hechos de sonrisas.

Tibia la luz, roto el andén, el tren se ha ido
llevándose en su carga mis heridas:
hecha de amor, sé que el amor que siento,
volverá y otra vez, seré querida.

 

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