AÚN CONSERVO

Escrito por
@KOPSI

18/09/2006#N11557

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Siendo joven no comprendí cabalmente las afirmaciones de los médicos. Hoy, que padezco las consecuencias de lo sufrido, vuelven a mi recuerdo esas charlas informativas, casi informales. A los veintitantos años no se piensa en los cincuenta y tantos... ¿verdad? Parecen tan lejanos.

“Su organismo está minado”, me dijeron. “Su edad fisiológica no se corresponde con la cronológica. Pero esto es lo que hay”. Y yo pensaba: “¿Qué querrán transmitir?” Pero no hice las preguntas que hubiese hecho hoy.

Pese a ello, no me quejo. Sé que mi salud está resquebrajada, con muchas fisuras. Pero aún conservo intactas mis capacidades y mis deseos de ser y hacer. Cada mañana me levanto con el impulso de crear, de vivir con intensidad ese día que estrena sus horas, ese nuevo sol que muchas veces no se asoma porque juega a las escondidas entre las nubes.

Intento dejar testimonio de mi paso por la vida, día a día, ya sea con un escrito, con un hecho, una actitud, una concreción o simplemente con alguna frase dicha como al descuido.

Me planteo desafíos que parecen inalcanzables, y que se van cumpliendo, de a poco. Entonces me parece que, a fin de cuentas, no eran imposibles.

Aún conservo la capacidad de amar, de pensar, de asombrarme. De admirar y extasiarme cuando mis sentidos se conmueven. Y eso no es poca cosa. Pero sufro más hondamente la indiferencia o los desprecios, las miradas torvas o los comentarios que no se dicen de frente.

Dicen que la experiencia es la mejor maestra. Se va aprendiendo con los años. Lo que nadie dijo es que la sensibilidad aumenta a medida que el tiempo pasa. Por lo menos, es lo que a mí me ocurre. Quizás porque mis ojos se humedecen cuando mis alumnos aprenden y aplican algo que fui capaz de transmitirles, o cuando veo a los niños extasiados en una visita contemplando con interés lo que quise que conociesen, y luego cuando escucho sus comentarios recordando lo vivido. Al observar fotos antiguas, con seres que ya no están físicamente entre nosotros. O simplemente al contemplar un arco iris, un amanecer o el ocaso de un día.

Quizás se haya producido en mí el cambio que me transformó en un ser más emocional que racional. Ignoro si siempre fui así, pero es ahora que exteriorizo esta forma de ser. Dejo que las lágrimas fluyan si tengo ganas de llorar. Que las carcajadas resuenen si quiero reír. Que los ojos se humedezcan apenas, si me emociono. No oculto mis estados de ánimo. Y me alejo de las discusiones. Sólo producen desgaste.

Quizás, con la madurez no sólo fisiológica sino mental, tengo otras perspectivas y expectativas. Ya no es tan importante la perfección en lo que se hace, sino el empeño que se puso para hacerlo.

Pero me sigue atrayendo como un imán la inteligencia. Me rodeo de personas con empuje, a fin de no ser yo quien tire siempre del carro. Escucho más de lo que hablo. Así, aprendo continuamente.

Evito enfrentamientos, charlas fútiles, comentarios insidiosos. No propago lo que me comentan, para no alimentar la usina de rumores. “Hoy por ti, mañana por mí”.

No niego que siento dolor y decepción ante los procederes, las más de las veces, insólitos de personas que consideraba allegadas. Fuera de lo esperado, y hasta casi diría traicionero. Pero aunque luego escuche disculpas, éstas no me llegan a conformar. Queda en mí el sinsabor del rencor, que intento no exteriorizar. Y no olvido.

Creo haber crecido, cambiado, evolucionado. No monto en cólera ni me enojo en apariencias. Hago lo que puedo, a veces un poco más, pero no me desvivo por la excelencia. Ya no. No en el medio en que me desenvuelvo, donde eso parece no tener importancia.

Así soy hoy, sólo por hoy. Mañana será otro día. Quizás parecido, puede que diferente. Porque lo apasionante del futuro es precisamente su incertidumbre....

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Comentarios

@RENEDIVA

18/09/2006

Y así es la maravillosa tarea de vivir, Sara!!! Está bueno recapacitar, parar la máquina, emocionarse, llorar, reir... porque de eso se trata. Brindo por tu madurez e inteligencia. A mí también me da placer rodearme de gente así, que demuestre lo que le pasa, que lo grita, que lo exterioriza de la forma que sea.. pero que lo exterioriza. Te quiero, Sara!!!... y mucho. Enormes Besos, Susana  
@MABE

19/09/2006

Sara. ¡Un abrazo de oso! ¡Montones de besoooooos! Mabel