IDA Y VUELTA, IDA Y VUELTA, IDA....
Escrito por
@LAPETY
Tenía quince años y decidió ir, un año después, a ver al primo que por entonces vivía en Estocolmo.
Pidió para su cumple años que le regalaran plata y desde entonces, durante varios meses hizo para juntar más dinero varias actividades, amasó pan casero para vender en la calle, tomó alumnos de primaria para ayudarlos en la escolaridad e hizo collares y pulseras para venderle a sus compañeras del colegio, entre otras cosas. Juntó los mil dólares que costaba el pasaje y viajó.
Vivió ese mes abriendo los ojos, los oídos, la nariz, la piel, todo lo que le permitiera aprender y aprehender de esa experiencia que la llenó de tanto conocimiento como el que en años de escolaridad no había logrado.
El primo, un año menor que ella, vivía con la madre o con el padre de acuerdo a lo que iba surgiendo, sin plan previo ni ordenamiento calendario.
Ella, en cambio, debía estar en la casa de cada uno de sus padres de acuerdo a lo establecido previamente por ellos y que fuera pautado por los mismos desde que era una niñita de dos años.
Este viaje lo hizo hacia fines de ese año y festejó el dos mil con los familiares suecos.
Extrañó a su gente y por momentos lamentó no estar festejando ese fin de siglo en Buenos Aires, pero valió la pena, dijo.
Y volvió.
Sólo un mes había transcurrido desde su partida, de modo tal que una observación ingenua no permitía ver el crecimiento que sufrió en ese corto tiempo, no era obvio a la mirada.
A los pocos días les hizo a los padres, por separado, un planteo que le produciría un cambio vital, impensable para ella. Dijo que ya no quería tener prefijados los días en los cuales estaría en la casa de cada uno.
Primero lo habló con la madre. Esta aceptó la propuesta y le aclaró que debía informar dónde se quedaría cada vez y que si, en tal ocasión se iba a la casa de alguna amiga, tenía que, el padre o a ella saber dónde pasaría esa noche.
El padre, en cambio, totalmente sorprendido, le dijo que no estaba de acuerdo. Ella se quejó, insistió y lloró. Pero no hubo reconsideración del tema. El dijo: “vos preferís quedarte más tiempo en lo de tu mamá porque ella tiene Internet, o sea que si elegís este modo, quedate a vivir allá, pero llevate tus cosas y dejame las llaves.”
FIN
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