Con el eje puesto en el docente ............(dulcedeleche)

En otros tiempos, el eje de la educación pasaba por el maestro, representante del mundo de los adultos y de los ideales conservadores de la sociedad.


Los niños eran aprendices de hombres; había que prepararlos para que fueran idénticos a sus padres y a sus abuelos, y de esa manera se preservaría la continuidad.


El siglo XX lanzó el grito de rebelión. Fue el siglo del niño.Tiempo de ideas revolucionarias, de ideas refrescantes. De la escuela de los libros se pretendió pasar a la de las vivencias; de la autoridad de lo establecido a la libertad de lo que cabe descubrir por uno mismo; del maestro al alumno; de la enseñanza al aprendizaje.


Fue el siglo del desarrollo metodológico. Se privilegió el cómo hacerlo, pasando a un segundo plano el qué, es decir, los contenidos portadores de valores y sentido. Pero como suele suceder en los procesos históricos, las ideas revolucionarias se degradan y desgastan, quedando de ellas más formalidad que contenido.


La aplicación de la nueva Ley de Educación Nacional (o parte de ella) en el 2007 abre esperanzas para los argentinos y su vapuleada educación.


Pero hay un tema primordial que, aunque está sobreentendido en el ideario de la Ley, brilla por su ausencia en la conciencia societaria. Está faltando la caricia postergada, el reconocimiento sincero y manifiesto de la labor docente. A pesar de la posmodernidad y sus efectos, de las críticas merecidas y de las otras, los contratiempos y dificultades, es el maestro quien se hizo cargo de responsabilidades ajenas a su rol específico.


Tengo presentes las palabras del ministro Filmus acerca de una política nacional de Jerarquización docente. Pero como sociedad tenemos que reconocer plenamente que la educación depende del maestro, de su enseñanza, y del alumno, es decir, de lo que éste quiera o pueda captar de esa enseñanza y elaborar en su interior. A su vez, cada alumno depende de sus padres, que dependen de la sociedad y de sus valores.


Al decir de Jaime Barylko: "Mientras lo demás enseña, la persona educa. La tarea del maestro tiene que ser como la de cualquier profesional. Hay que jerarquizar el rol y el docente debe recuperar las funciones que le son tradicionales. Nada más".

Jaia Barylko*
*ESPECIALISTA EN EDUCACION, COMPILADORA DE LA OBRA POSTUMA DE JAIME BARYLKO


FUENTE: CLARIN.COM

 

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