CALA, CLAVEL, PANAMA
Escrito por
@ROBMUN
CALA, CLAVEL, PANAMA
Llegué a casa, me preparé para encontrarme con ella, coloqué el sombrero panamá sobre mi cabeza y salí nuevamente a la calle.
Fuí a la florería, compré una cala y un clavel. La cala la prendí a la solapa izquierda del saco, el clavel en la oreja derecha. “Así me va a reconocer” pensé.
Llegué a la puerta del teatro y la esperé, pero demoró unos minutos.
La gente que entraba miraba extrañada, “¡este tipo está loco!” decían. Pero no importaba, estaba ansioso pensando en el momento en que ella llegara, y esa ansiedad diluyó mi timidez, nunca me había pasado algo igual, jamás había corrido el riesgo de hacer el ridículo, esta vez lo decidí y me puse la cala, el clavel y el sombrero panamá.
Algunos sonreían al verme, otros se burlaban y otros decían - ¡es un idiota! –
Inspeccioné rigurosamente cada taxi que paraba frente al teatro, sobre todo los que traían alguna mujer, pero las que arribaban solas miraban riéndose de mi apariencia payasesca. “¿Y a éste de donde lo sacaron?” comentaban a quienes las estaban esperando.
Permanecí serio y nervioso, por lo que me sentía aún más grotesco.
Entré varias veces al foiller pero nada indicaba que ella pudiera estar allí.
Siguí esperando y al fín llegó un taxi trayendo una hermosa dama. Ella me miró, fue la única que no se rió de mí, simplemente me regaló una bellísima sonrisa, yo también le sonreí.
Nos saludamos, me saqué la cala, el clavel, el panamá y entramos al teatro.
Me sintí un poco loco…pero feliz.
Llegué a casa, me preparé para encontrarme con ella, coloqué el sombrero panamá sobre mi cabeza y salí nuevamente a la calle.
Fuí a la florería, compré una cala y un clavel. La cala la prendí a la solapa izquierda del saco, el clavel en la oreja derecha. “Así me va a reconocer” pensé.
Llegué a la puerta del teatro y la esperé, pero demoró unos minutos.
La gente que entraba miraba extrañada, “¡este tipo está loco!” decían. Pero no importaba, estaba ansioso pensando en el momento en que ella llegara, y esa ansiedad diluyó mi timidez, nunca me había pasado algo igual, jamás había corrido el riesgo de hacer el ridículo, esta vez lo decidí y me puse la cala, el clavel y el sombrero panamá.
Algunos sonreían al verme, otros se burlaban y otros decían - ¡es un idiota! –
Inspeccioné rigurosamente cada taxi que paraba frente al teatro, sobre todo los que traían alguna mujer, pero las que arribaban solas miraban riéndose de mi apariencia payasesca. “¿Y a éste de donde lo sacaron?” comentaban a quienes las estaban esperando.
Permanecí serio y nervioso, por lo que me sentía aún más grotesco.
Entré varias veces al foiller pero nada indicaba que ella pudiera estar allí.
Siguí esperando y al fín llegó un taxi trayendo una hermosa dama. Ella me miró, fue la única que no se rió de mí, simplemente me regaló una bellísima sonrisa, yo también le sonreí.
Nos saludamos, me saqué la cala, el clavel, el panamá y entramos al teatro.
Me sintí un poco loco…pero feliz.
Comentarios
@SUSANA-CANTARES
02/02/2007
ME GUSTO EL TEXTO Y SU CONTENIDO. ME PARECIO UNA MELODIA DE AMOR, MAS QUE UN ACTO RIDICULO.
FELICITACIONES.
SUSANA
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