APRENDIZAJES Y REFLEXIONES

Escrito por
@KOPSI

27/03/2007#N14622

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APRENDIZAJES Y REFLEXIONES

Los chicos crecen, y esa es una realidad inexorable. No piden permiso para hacerlo, lo hacen independientemente de nosotros. Crecen, porque el tiempo transcurre y no se detiene, ni para ellos ni para nosotros, sus padres.

Crecen con rituales de obediencia orgánica y desobediencia civil. Pero no nos damos cuenta de cuan rápido lo hacen; ocurre que los estamos meciendo en nuestros brazos, de pronto ya los llevamos tomados de las manos, luego, ya caminan a nuestro lado sin necesitar sostenerse...y de pronto, se lanzan con los cabellos sueltos sobre veloces patinetas y patines, con un walkman pegado a sus orejas.

Y comienzan las épocas en que los esperamos en la puerta de las discotecas, esperando a que aparezcan y, cuando lo hacen, respiramos aliviados. Pero llega un momento en que nos dicen que no hace falta que los vayamos a buscar, porque ya no son pequeños. Y es entonces cuando los miramos y los vemos crecidos, muy altos, casi tanto o más que nosotros.

En nuestros cabellos ya asoman las canas y comprendemos que esos son los hijos que conseguimos generar a pesar de los vientos, de las noticias, de todos los problemas y de la dictadura de las horas.

Crecieron observando nuestros aciertos y nuestros errores, y nosotros esperamos que ellos no repitan esos errores. Y los padres nos damos cuenta que se fueron para siempre esas épocas en que los llevábamos a las clases de piano, de ballet, de inglés, de natación, de karate.

Nos hicieron a un lado para ponerse tras el volante de sus propias vidas. Y nosotros quedamos con la idea de que, quizás, deberíamos haber ido más veces junto a sus camas para verlos dormir intentando adivinar sus sueños, y nos reprochamos no haberles comprado más ropa, más helados, haberlos llevado más al cine, o haber paseado más con ellos.

Pero ya crecieron y nosotros sentimos que dentro nuestro quedó demasiado afecto que no supimos darles. Antes el tiempo no nos alcanzaba...ahora nos sobra. Y sólo podemos mirar desde lejos cómo encauzan sus vidas, y rezamos para que sepan escoger el camino que los conduzca a la felicidad.

Y con tanto tiempo ocioso que nos queda, sólo nos resta esperar. Porque en cualquier momento nos pueden dar nietos. Y los nietos son la hora del cariño ocioso y la picardía que no ejercimos con nuestros hijos.

Por eso ha de ser que los abuelos consienten tanto a sus nietos. Mi madre solía decir que los hijos son el capital y los nietos la renta del mismo. Yo creo que los nietos son la última oportunidad de reeditar nuestro amor.

Y reflexionando acerca de todo esto llego a la conclusión que se aprende a ser hijo tan sólo después de ser padre...y que sólo se aprende a ser padre después de que se es abuelo.

Quizás sólo uno aprende a vivir cuando ya no tiene más vida.

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se publicó en noviembre 2000 en la página web: www.cayomecenas.com/mecenas323.htm, siendo elegida en esa ocasión como artista del mes. (por este escrito, obvio).


 

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