Virtudes, belleza, inteligencia...genera envidia.
Publicado por
@CUCKY2
La envidia
Ha existido en todas las épocas y todas las culturas, tanto en hombres como en mujeres. Es el dolor causado por la buena suerte de alguien que se nos asemeja. La individualidad como personas nos lleva a cotejarnos unos con otros, con sus cualidades, virtudes, belleza, inteligencia. ..
Desde la infancia deseamos lo que vemos: ser como nuestros hermanos, tener lo que nuestros vecinos..., incluso nuestros padres nos confrontan con ellos.
La competencia nos estimula para superarnos; pero también es fuente de la envidia. Nos molesta el ascenso del compañero o el nuevo coche del vecino o que nuestra amiga se ponga de novia. Aunque nadie lo declare, todos sentimos envidia alguna vez. Lo importante es el grado, pues puede tornarse enfermizo.
La envidia es un mecanismo de defensa que ponemos en funcionamiento cuando, al compararnos con alguien (consciente o inconscientemente) , nos sentimos disminuidos. La infravaloració n provoca frustración, derrota y rechazo de uno mismo y viene acompañada de juicios de valor, críticas, odio y rabia... hacia la otra persona. Podríamos decir que es un intento torpe de recuperar la confianza y la autoestima, encontrando más placer en el fracaso de los demás que en su propio triunfo.
Falta de seguridad
En realidad, vemos al envidioso como una persona destructiva, poco generosa y maligna. Sin embargo, lo que le ocurre es que tiene un conflicto tan profundo acerca de sus propios deseos y anhelos que se asusta cuando ve que el prójimo cumple los suyos. Admira esa capacidad pero no puede entender cómo es posible que haya conseguido lo que él es incapaz de lograr. De ahí sus emociones enfrentadas.
Opinión
Como en casi todos los problemas emocionales, debemos remontarnos al pasado, concretamente a la etapa más básica: la infancia.
Cuando un adulto es envidioso es porque no se le ha inculcado un concepto positivo de sí mismo. Esto ocurre si ha carecido de la confianza básica que merece todo niño, tanto en el ambiente familiar como en el escolar y crece así con una falta total de seguridad. En cambio, un niño que crezca con seguridad personal, nunca será un hombre/mujer envidioso/a.
Ha existido en todas las épocas y todas las culturas, tanto en hombres como en mujeres. Es el dolor causado por la buena suerte de alguien que se nos asemeja. La individualidad como personas nos lleva a cotejarnos unos con otros, con sus cualidades, virtudes, belleza, inteligencia. ..
Desde la infancia deseamos lo que vemos: ser como nuestros hermanos, tener lo que nuestros vecinos..., incluso nuestros padres nos confrontan con ellos.
La competencia nos estimula para superarnos; pero también es fuente de la envidia. Nos molesta el ascenso del compañero o el nuevo coche del vecino o que nuestra amiga se ponga de novia. Aunque nadie lo declare, todos sentimos envidia alguna vez. Lo importante es el grado, pues puede tornarse enfermizo.
La envidia es un mecanismo de defensa que ponemos en funcionamiento cuando, al compararnos con alguien (consciente o inconscientemente) , nos sentimos disminuidos. La infravaloració n provoca frustración, derrota y rechazo de uno mismo y viene acompañada de juicios de valor, críticas, odio y rabia... hacia la otra persona. Podríamos decir que es un intento torpe de recuperar la confianza y la autoestima, encontrando más placer en el fracaso de los demás que en su propio triunfo.
Falta de seguridad
En realidad, vemos al envidioso como una persona destructiva, poco generosa y maligna. Sin embargo, lo que le ocurre es que tiene un conflicto tan profundo acerca de sus propios deseos y anhelos que se asusta cuando ve que el prójimo cumple los suyos. Admira esa capacidad pero no puede entender cómo es posible que haya conseguido lo que él es incapaz de lograr. De ahí sus emociones enfrentadas.
Opinión
Como en casi todos los problemas emocionales, debemos remontarnos al pasado, concretamente a la etapa más básica: la infancia.
Cuando un adulto es envidioso es porque no se le ha inculcado un concepto positivo de sí mismo. Esto ocurre si ha carecido de la confianza básica que merece todo niño, tanto en el ambiente familiar como en el escolar y crece así con una falta total de seguridad. En cambio, un niño que crezca con seguridad personal, nunca será un hombre/mujer envidioso/a.
Comentarios
@QUIQUERAF
11/04/2007
con razón me envidian tanto juajuajuajuajua
tengo belleza, inteligencia y otras virtudes jajajajajajaja
besitos Cucky
@CUCKY2
11/04/2007
Y bueno Don Quique asi es la vida....jajajajajaja
@CUCKY2
11/04/2007
Por lo menos ahora sabés que le pasa al otro cuando te envidian....jajajajajajaja
@MABE
11/04/2007
Defectos, fealdad, estupidez...también.
¡Don't worry!
¡Be happy!
Besooooos, Cuckyta
Mabel
@QUIQUERAF
11/04/2007
YO EN ESA NO ENTRO...PASO GRACIAS SI SABÉS DE ALGUNO ....AVISALE.
@CUCKY2
18/04/2007
Gracias Mabe, Marbi, Quique.
Besitos.
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