La tristeza por el bien ajeno (o la alegría por el mal ajeno
Publicado por
@SALU
Perfil del envidioso
Triste y pesaroso por el éxito del envidiado y alegre por sus fracasos y desdichas.
Pasivamente descontento. Su odio se activa fácilmente ante circunstancias favorables.
Colérico y rencoroso.
Calumniador y maledicente.
Se compara continuamente al envidiado y es competitivo.
Siente inferioridad respecto al envidiado y no es capaz de admitirlo ni siquiera ante si mismo.
Perfil del envidiado.
Alguien cercano, no necesariamente en el espacio sino en el tiempo. Coetáneo o de edad similar. (El joven no suele envidiar al viejo porque puede pensar que dispone de mucho tiempo para llegar dónde ha llegado el viejo y a éste le queda el consuelo de pensar que eso nunca será así.)
El envidiado desea lo mismo que desea el envidioso. Tiene los mismos objetivos. Existe una paridad en las aspiraciones entre envidiado y envidioso.
El envidiado tiene algo que el envidioso ve factible llegar a poseer o hacer. Por eso es más frecuente que el pobre envidie a otro pobre que envidie al rico. El envidioso necesita compararse a un modelo próximo. El envidiado nunca es alguien demasiado superior con quién el envidioso no pueda competir.
El envidiado está cercano en el espacio (es el vecino, el cuñado). Con esto se alimenta la competencia y se aviva constantemente el fuego de la envidia.
la envidia es el vicio más perverso e imperdonable, ya que es el que tiene el mayor poder corrosivo para el vicioso, a la vez que es demoledor para el envidiado. Merece un apartado especial por su ubicuidad en nuestro medio y porque está enlazado con todos los demás de diversas y tortuosas maneras. Con la envidia se vincula la ira, los celos, la competitividad, la calumnia, la maledicencia, la rivalidad, la avaricia, el rencor, la venganza y todo el espectro de la ruindad humana. Además, la envidia, a diferencia de los vicios restantes, no deja demasiado espacio al placer, a excepción del placer de ver al envidiado destruido.
La tristeza por el bien ajeno (o la alegría por el mal ajeno).
Triste y pesaroso por el éxito del envidiado y alegre por sus fracasos y desdichas.
Pasivamente descontento. Su odio se activa fácilmente ante circunstancias favorables.
Colérico y rencoroso.
Calumniador y maledicente.
Se compara continuamente al envidiado y es competitivo.
Siente inferioridad respecto al envidiado y no es capaz de admitirlo ni siquiera ante si mismo.
Perfil del envidiado.
Alguien cercano, no necesariamente en el espacio sino en el tiempo. Coetáneo o de edad similar. (El joven no suele envidiar al viejo porque puede pensar que dispone de mucho tiempo para llegar dónde ha llegado el viejo y a éste le queda el consuelo de pensar que eso nunca será así.)
El envidiado desea lo mismo que desea el envidioso. Tiene los mismos objetivos. Existe una paridad en las aspiraciones entre envidiado y envidioso.
El envidiado tiene algo que el envidioso ve factible llegar a poseer o hacer. Por eso es más frecuente que el pobre envidie a otro pobre que envidie al rico. El envidioso necesita compararse a un modelo próximo. El envidiado nunca es alguien demasiado superior con quién el envidioso no pueda competir.
El envidiado está cercano en el espacio (es el vecino, el cuñado). Con esto se alimenta la competencia y se aviva constantemente el fuego de la envidia.
la envidia es el vicio más perverso e imperdonable, ya que es el que tiene el mayor poder corrosivo para el vicioso, a la vez que es demoledor para el envidiado. Merece un apartado especial por su ubicuidad en nuestro medio y porque está enlazado con todos los demás de diversas y tortuosas maneras. Con la envidia se vincula la ira, los celos, la competitividad, la calumnia, la maledicencia, la rivalidad, la avaricia, el rencor, la venganza y todo el espectro de la ruindad humana. Además, la envidia, a diferencia de los vicios restantes, no deja demasiado espacio al placer, a excepción del placer de ver al envidiado destruido.
La tristeza por el bien ajeno (o la alegría por el mal ajeno).
Comentarios
@MABE
27/04/2007
José:
Preocuparse por el envidioso es darle una importancia que no tiene...
Let it be
¡Be happy!
o
Como diría el Gran Tato
¡Vermouth con papas fritas y good show!
(releo y veo que me agarró un ataque bilingüe)
@MABE
27/04/2007
Para el envidioso, todo es envidiable.
Hasta lo malo.
@SIMPLEMENTEMUJER16
28/04/2007
José.... ¡¡¡¡Qué temita!!!! Si lo sabré yo....
Es triste y doloroso para quien la sufre, máxime cuando proviene de alguien a quién le has brindado tu amistad y la máxima de las pruebas de confianza ...
"Con la envidia se vincula la ira, los celos, la competitividad, la calumnia, la maledicencia, la rivalidad, la avaricia, el rencor, la venganza y todo el espectro de la ruindad humana. Además, la envidia, a diferencia de los vicios restantes, no deja demasiado espacio al placer, a excepción del placer de ver al envidiado destruido.
La tristeza por el bien ajeno (o la alegría por el mal ajeno). "
Lidia
@MABE
28/04/2007
El envidioso suele envidiar tooodo.
Lo bueno que le pasa a alguien... y hasta lo malo ( por ejemplo:Envidia la enfermedad del otro, porque con su dolencia llama la atención o recibe mimos...o....).
¿Ahora se entendió?
@QUIQUERAF
01/05/2007
eso una vez...........hace muuuuuuuuuuuuuucho, querida Sua, me lo dedicó publicamente Pelirroja1958 en esta misma página, pero no me "acuerdo" porque era jajajajajaja pero me gustó y lo tengo guardadito a todo el foro.
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