YO YACERE, TU ¿YACERAS. ? . .

Recorreré lentamente la periferia de tus hemisferios,
me sumergiré, subrepticio, bajo tus suburbios excitantes,
pues necesito yacer en lo más hondo de tus sentimientos,
hasta oír tu eco, llamándome, como una oda espectral.

Navegaré por reductos impensados, disfrutaré sinfonías
en el escenario que abrirás ante mis absortos sentidos,
entonces sí te sentiré mía, en un pentagrama de emociones,
y recrearás cual prima donna, mi aria más encumbrada.

No culminarán nunca mis viajes hacia tu recóndita morada,
el otro lado del mundo es aquí, necesito detentarlo, ahora,
me atrapó como un estigma desde que descubrí la ruta
de tus místicos versos, y sentí mimetizarme, como Ulises.

¿Quien pondrá los límites a la sinrazón de lo espontáneo,
por qué pensar que no tiene sentido lo que resta por vivir,
en este apasionado síncopa de los que se oyen sin hablar,
se tocan en distintos idiomas, aún con sus pensamientos.?

Hoy mi nave surcará nuevamente tus corrientes marinas,
oriéntala hacia tu alborada, y yace tú también en mi desatino
de intuirte mi eterna amada, ansiando invadir hasta tu magma;
nunca renunciaré a esa boca omnipotente, tu fatuo sello distintivo.

FERNANDO.-
28/06/07

 

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