Los “gatillazos” femeninos

Publicado por
@SALU

23/07/2007#N16541

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Los “gatillazos” femeninos


Seguro que siempre creíste que los “gatillazos” era cosa de hombres. Pues sigue leyendo porque, quizás, te sorprenda conocer la verdad.



Cuando un hombre perfectamente sano y sin padecer disfunciones sexuales sufre ocasionalmente alguna dificultad en que su pene alcance una erección plena, la alcance sólo parcialmente, o la pierda con rapidez nada más iniciarse, aunque esté perfectamente excitado sexualmente, se habla no de disfunciones, sino de una dificultad circunstancial. Vulgarmente, a tales dificultades se las conoce con el nombre de “gatillazos”.

Los “gatillazos” carecen de importancia. Suelen aparecer porque el hombre ha bebido alcohol en mayor o menor cantidad, inicia una relación sexual por compromiso y sin gran entusiasmo (no ha sido capaz de decir que “no”), está acosado o preocupado por otros asuntos ajenos al sexual (el trabajo, por ejemplo), está francamente cansado, se encuentra nervioso por alguna cosa (podría ser la propia relación sexual), o, frecuentemente, después de ponerse un preservativo (porque le corta la inspiración).



Los gatillazos femeninos existen
Lo que suele olvidarse, o al menos no se conecta con esos problemas, es que tales dificultades en la reacción genital a la excitación sexual es algo que también padecen las mujeres. De hecho, es algo relativamente común entre ellas. La única diferencia real es que en esos casos no suele aplicarse al problema el nombre de “gatillazo”, aunque lo sea. Se prefiere hablar de “bloqueo”. Es una cuestión semántica. Nuestra cultura está acostumbrada a aplicar nombres menos explícitos, más “nobles” y menos “humillantes” a los problemas sexuales femeninos que a los masculinos; aunque se trate de los mismos problemas.

Sin embargo, los “gatillazos” femeninos existen. Y ocurren en situaciones similares a las descritas para los hombres. En esas circunstancias, ellas pueden no lubricar, lubricar sólo parcialmente, o alcanzar una lubricación completa que desaparece como por arte de magia nada más iniciarse la cópula. Y todo ello sin que exista una verdadera disfunción sexual; es algo ocasional.










Quien lo sufre se enfrenta a una nueva situación sexual
Los “gatillazos”, ya sean masculinos o femeninos, no son un problema. El verdadero problema que pueden ocasionar los “gatillazos” es preocuparse por ellos. Porque cuando quien lo sufre se enfrenta a una nueva situación sexual teme que vuelva a ocurrir y en vez de estar a lo que hay que estar (disfrutar del momento) se está vigilando atentamente. Adopta el papel de observador, cuando en toda relación sexual el papel que se debe adoptar es el de actor. Ese nerviosismo, ese temor a que aparezca de nuevo el problema, son caldo de cultivo esencial para que vuelva a ocurrir. Y ocurre.

¿Qué habría que hacer cuando alguien se encuentra en una situación semejante? Tomársela con sentido del humor (los dos) e intentar practicar cualquier otra actividad sexual diferente al coito: masturbación recíproca, sexo oral, etc...

Aparte de eso, hay algo que podríamos hacer todos aunque no hayamos tenido ninguna clase de dificultades de este tipo: desterrar del lenguaje la palabra “gatillazo” a la hora de nombrar a este tipo de dificultades ocasionales. Y si se hace necesario utilizar alguna para nombrarla, emplear “bloqueo” sea cual sea el sexo de quien lo sufre.

Terra Mujer / Jesús Ramos. Psiquiatría-Sexología



 

Comentarios

@OJOSVERDES

23/07/2007

que se io... soy tana...  
@OJOSVERDES

23/07/2007

seguro que la ambar sabe...  
@GABRIELMAX

23/07/2007

O me duele la espalda, me contracture el cuello, me duele la cabeza, me acalambre, tengo que ir al baño, oi no apgue el celular,tengo sed.En fin muchas formas de llamar el gatillaso aca. Yo lo llamaria remonta o estas en el hornoooooo !!!! Y el gatillazo es normal a los 40 largos o cincuenta a los 30 o 20 ni Pascualito habla bde eso grande Jesus eHHH y sin tener cruz todo lo que sabe !!!!!