ECO Y NARCISO-FLOR DE EGOLATRA
Publicado por
@ATI2006
El mito de Eco y Narciso
Eco y Narciso
En la mitología griega, Narciso, es un hermoso joven, hijo del dios del río Cefiso y de la ninfa Liríope.
Cuando nació, sus padres consultaron al adivino Tiresias que dio la siguiente respuesta: “Vivirá hasta viejo si no se contempla a sí mismo”.
A causa de su gran belleza, tanto doncellas como muchachos se enamoraban de Narciso, pero él rechazaba sus insinuaciones. Entre las jóvenes heridas por su amor estaba la ninfa Eco, quien había disgustado a Hera y ésta la había condenado a repetir las últimas palabras de lo que se le dijera.
Eco fue, por tanto, incapaz de hablarle a Narciso de su amor, pero un día, cuando Narciso estaba caminando por el bosque, acabó apartándose de sus compañeros. Cuando él preguntaba “¿Hay alguien aquí?”, Eco contenta respondía: “Aquí, aquí”. Incapaz de verla oculta entre los árboles, Narciso le gritó: “¡Ven!”. Después de responder: “Ven, ven”, Eco salió de entre los árboles con los brazos abiertos. Narciso cruelmente se negó a aceptar el amor de Eco; ella estaba tan apenada que se ocultó en una cueva y allí se consumió hasta que nada quedó de ella salvo su voz.
Para castigar a Narciso, Némesis, la diosa de la venganza, hizo que se apasionara de su propia imagen reflejada en una fuente. En una contemplación absorta, incapaz de apartarse de su imagen, cayó enamorado de sí mismo, arrojándose a las aguas.
Otras versiones cuentan que admirado por su figura en el cauce de un río murió de inanición. En el sitio donde su cuerpo había caído, creció una hermosa flor, que hizo honor al nombre y la memoria de Narciso.
Eco y Narciso
En la mitología griega, Narciso, es un hermoso joven, hijo del dios del río Cefiso y de la ninfa Liríope.
Cuando nació, sus padres consultaron al adivino Tiresias que dio la siguiente respuesta: “Vivirá hasta viejo si no se contempla a sí mismo”.
A causa de su gran belleza, tanto doncellas como muchachos se enamoraban de Narciso, pero él rechazaba sus insinuaciones. Entre las jóvenes heridas por su amor estaba la ninfa Eco, quien había disgustado a Hera y ésta la había condenado a repetir las últimas palabras de lo que se le dijera.
Eco fue, por tanto, incapaz de hablarle a Narciso de su amor, pero un día, cuando Narciso estaba caminando por el bosque, acabó apartándose de sus compañeros. Cuando él preguntaba “¿Hay alguien aquí?”, Eco contenta respondía: “Aquí, aquí”. Incapaz de verla oculta entre los árboles, Narciso le gritó: “¡Ven!”. Después de responder: “Ven, ven”, Eco salió de entre los árboles con los brazos abiertos. Narciso cruelmente se negó a aceptar el amor de Eco; ella estaba tan apenada que se ocultó en una cueva y allí se consumió hasta que nada quedó de ella salvo su voz.
Para castigar a Narciso, Némesis, la diosa de la venganza, hizo que se apasionara de su propia imagen reflejada en una fuente. En una contemplación absorta, incapaz de apartarse de su imagen, cayó enamorado de sí mismo, arrojándose a las aguas.
Otras versiones cuentan que admirado por su figura en el cauce de un río murió de inanición. En el sitio donde su cuerpo había caído, creció una hermosa flor, que hizo honor al nombre y la memoria de Narciso.
Comentarios
@YO_LILY
20/12/2007
Malo, malo malo Narciso !!! QUE FEO ERA EN REALIDAD !!!
UN SER VACIO DE SENTIMIENTOS !!!
La belleza exterior sin belleza interior, no le sirve ni siquiera a el mismo.
Besote
LILY ( Por suerte apenas un poquito "vistosa" ).
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