Mujer que progresa, ¿pareja que se separa?

Mujer que progresa, ¿pareja que se separa?




El dato es tan llamativo como repetitivo. Cuando un integrante de la pareja crece personal o profesionalmente más que el otro, pocos "sobreviven". Más, si se trata de ella. La opinión de la profesional consultada por Infobae.com


"No te bañarás dos veces en las aguas del mismo río", sentenció Heráclito y dejó en claro -ya 500 años antes de Cristo- que lo único permanente es el cambio.

“Es esperable que después de un tiempo haya movimientos en la pareja”, aseguró la licenciada Cristina Castillo, quien destacó que “la manera en que cada uno atraviesa esos cambios es lo que va a determinar el futuro de la relación”.

Para la integrante del equipo de Pareja y Familia del Centro Dos, “el crecimiento de uno de los cónyuges tiene que ver con la dinámica de la pareja” y –más allá de la relación- “siempre el crecimiento es individual”.

Es normal que uno de los integrantes de la pareja “crezca” más. Ahora, ¿qué ocurre cuando es la mujer la protagonista del éxito?

Para Castillo, “tal vez cuando la mujer crece en proporciones llamativas se ve 'zarandeado' el pacto de la pareja”, en el sentido de que cuando esas personas se unieron seguramente estaban en un “tiempo cronológico y subjetivo distinto al que van a estar en unos años”.

Aquí juega algo del orden de lo cultural, y tiene que ver con lugar de “varón proveedor”, explicó la profesional, para quien, sin embargo, “es esperable un pequeño cisma”, que de no ocurrir, es señal de que “no pasa nada”.

La manera en que se atraviesa el crecimiento importante de uno de los dos hablará –o no- de la capacidad de “repactar el lugar de cada uno que tienen los cónyuges”. “No todas las parejas tienen la ductilidad de acomodarse a los cambios y muchas tienen la ilusión de volver a lo que fue, lo cual imposible porque uno crece”, sentenció Castillo.

“El quiebre ocurre cuando hay un crecimiento demasiado desparejo y no tiene que ver con falta de amor”, aseguró la profesional, y destacó: “Estar enamorados no es suficiente para sostener una pareja; hay otros factores a tener en cuenta”.

Así, las parejas que se conocen en un momento donde no querían más que estar juntos “se disuelven rápidamente”. “Eso de 'contigo pan y cebolla' sabemos que no existe; que la vida es otra cosa”, subrayó Castillo.

Dado que “con el amor no basta” –según Castillo- habrá que tener en cuenta “el deseo de cada uno”. Y como cada persona cambia a lo largo de su vida, “los vínculos también cambiarán”.

Ante la inevitable pregunta de la diferencia entre los sexos, la profesional insistió: “Si el hombre es el que crece tal vez sea menos 'ruidoso' porque de alguna manera está establecido en la sociedad que así sea”, ahora, “si la distancia entre el pacto (que es intra subjetivo, no se ve pero está) que los unió es llamativa y la pareja no logra reubicarse, el cimbronazo será casi inevitable”.

A modo de conclusión, la profesional destacó que “no todas las parejas pueden atravesar los cambios profesionales” y aseguró: “Es más fácil sobrellevar una profunda crisis económica que el éxito del otro, donde, además, se ponen a prueba narcisismos de cada uno”.




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