Manias y otras yerbas
Publicado por
@GABRIELMAX
Un amigo me comento estan nota sobre manias y otras yerbas.Es sobre las dolencias de la enfemedad bipolar:
Esta piola :
Nada fuera de lo común; era un día de primavera de 1854. Robert Schumann abrió los ojos y se dio cuenta que ese día no le importaba en lo más mínimo. Estaba cansado, triste. No podría escribir ni una sola nota, estaba sumamente irritable, se sentía inútil, extremadamente inútil. Tres meses antes finalizaba una serie de 9 obras con las que culminaba una de las épocas más fecundas de su vida.
Este mismo hombre, tal vez al día siguiente, intentaría quitarse la vida una vez más, fracasando, por suerte para los oídos del mundo.
No fueron muy distintos a estos episodios, los que torturaron los días del excelente contrabajista de jazz Charles Mingus, cuando sus pensamientos lo arrastraban hasta la más sobrecogedora desesperanza e incapacidad absoluta de disfrutar, para, días después, sentir que su música lo elevaba hasta lo más sublime de la creación musical. Luego, otra vez, las visiones suicidas eran lo más reconfortante en su existencia miserable.
Un tanto así, con similar intensidad y oscilaciones, podríamos contar de Edgar Allan Poe, Tennessee Williams, Ezra Pound, William Blake, Lord Byron y Vincent van Gogh, así como una enorme cantidad de otros miembros de la comunidad artística o uno de cada 100 personas adultas que se pasean por las calles de cualquier lugar del mundo.
Cambios de humor o de estado de ánimo de este tenor, en los que se pasa de la más profunda tristeza depresiva hasta la euforia absoluta característica de la fase maníaca, es lo que técnicamente se conoce como "Trastornos afectivos bipolares", más comúnmente llamada enfermedad maníaco-depresiva.
No es mi intención en este parágrafo el presentar una diagnosis o una aburrida teoría sobre las posibles causas, tratamientos y/o definiciones de este trastorno bipolar. Bástenos, por ahora, para tener una ligera idea acerca de que, síntomas tales como sentimiento de infelicidad permanente, pérdida de interés por todas las cosas, incapacidad para disfrutar, imposibilidad para tomar decisiones, cansancio intenso, irritabilidad extrema, sentimientos de desesperanza o inutilidad y, notablemente, una irresistible debilidad por el suicidio, entre otros trastornos físico y psíquicos, caracterizan la fase depresiva de esta enfermedad. En otro momento la vida sonríe; se está feliz y excitado, lleno de energía e ideas nuevas y movilizadoras. El sentimiento de tener una importancia mayor a lo habitual y una profunda irritación hacia los que no comparten este optimismo, nos sitúan en medio de un episodio de manía.
Esta piola :
Nada fuera de lo común; era un día de primavera de 1854. Robert Schumann abrió los ojos y se dio cuenta que ese día no le importaba en lo más mínimo. Estaba cansado, triste. No podría escribir ni una sola nota, estaba sumamente irritable, se sentía inútil, extremadamente inútil. Tres meses antes finalizaba una serie de 9 obras con las que culminaba una de las épocas más fecundas de su vida.
Este mismo hombre, tal vez al día siguiente, intentaría quitarse la vida una vez más, fracasando, por suerte para los oídos del mundo.
No fueron muy distintos a estos episodios, los que torturaron los días del excelente contrabajista de jazz Charles Mingus, cuando sus pensamientos lo arrastraban hasta la más sobrecogedora desesperanza e incapacidad absoluta de disfrutar, para, días después, sentir que su música lo elevaba hasta lo más sublime de la creación musical. Luego, otra vez, las visiones suicidas eran lo más reconfortante en su existencia miserable.
Un tanto así, con similar intensidad y oscilaciones, podríamos contar de Edgar Allan Poe, Tennessee Williams, Ezra Pound, William Blake, Lord Byron y Vincent van Gogh, así como una enorme cantidad de otros miembros de la comunidad artística o uno de cada 100 personas adultas que se pasean por las calles de cualquier lugar del mundo.
Cambios de humor o de estado de ánimo de este tenor, en los que se pasa de la más profunda tristeza depresiva hasta la euforia absoluta característica de la fase maníaca, es lo que técnicamente se conoce como "Trastornos afectivos bipolares", más comúnmente llamada enfermedad maníaco-depresiva.
No es mi intención en este parágrafo el presentar una diagnosis o una aburrida teoría sobre las posibles causas, tratamientos y/o definiciones de este trastorno bipolar. Bástenos, por ahora, para tener una ligera idea acerca de que, síntomas tales como sentimiento de infelicidad permanente, pérdida de interés por todas las cosas, incapacidad para disfrutar, imposibilidad para tomar decisiones, cansancio intenso, irritabilidad extrema, sentimientos de desesperanza o inutilidad y, notablemente, una irresistible debilidad por el suicidio, entre otros trastornos físico y psíquicos, caracterizan la fase depresiva de esta enfermedad. En otro momento la vida sonríe; se está feliz y excitado, lleno de energía e ideas nuevas y movilizadoras. El sentimiento de tener una importancia mayor a lo habitual y una profunda irritación hacia los que no comparten este optimismo, nos sitúan en medio de un episodio de manía.
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