Poner límites: la fuerza de la verdad

Publicado por
@PIRATADELCARIBE

26/02/2008#N20283

0 Actividad semanal
13 Visitas totales




Tardamos en hacerlo.
Y como tardamos en hacerlo, el otro sigue.
Y es lógico que así sea: la mayoría de quienes hoy somos adultos, no hemos aprendido por crianza,
a no colaborar con el maltratador
Con demasiada frecuencia la buena persona sí sabe poner límites claros, pero sólo cuando se trata de cuidar o defender a otro.
La solución es aprender a verse a sí mismo como si uno fuera un otro querido; sentirnos portadores de algo digno:
el propio espíritu, nuestra Esencia.
Si, como dicen antiguas Tradiciones, esa Esencia es una porción de lo Sagrado, necesita un buen guardián del templo,
que no permita que nadie escupa en él.
De allí puede surgir una justa in-dignación:

“Yo no soy digno de ese trato. NO LO ACEPTO.”

Esto implica un saneamiento radical del vínculo consigo:
llegar a apreciarse tanto como amamos a quienes amamos.
Uno lleva dentro de sí, como una madre en su vientre,
su Sí Mismo: ¿cómo no defender a esa criatura invisible
que vamos gestando a lo largo de la vida?
Somos nuestro propio niño al cual proteger.
Cuando entonces decimos NO,
estamos ejerciendo tres actos éticos:

1) defender la dignidad de nuestra esencia;
2) ayudarle al otro a que tenga la opción de no ser un maltratador;
3) renunciar a colaborar con el hecho de que exista un maltratador más, pues cada persona digna que no dice NO,
sin quererlo fomenta que los maltratadores se multipliquen...

Para poner un límite hay un eje trans-personal
que alguien conoció muy bien: Gandhi. Él le llamaba por su antiguo nombre, que es Sathyagraha:

“la fuerza de la Verdad”.
Cuando nos asentamos allí para decir un NO firme y enérgico,
su potencia puede ser arrolladora (ya sea que la ejerza un individuo o un país entero), pues tiene sus raíces en lo Invisible.
Él mismo dijo: “La no cooperación con el mal
es un deber sagrado.”
No es cuestión de creencia: es cuestión de práctica.


Armando Tejada Gómez (poeta argentino contemporáneo) dice:

“Nunca más de rodillas,

nunca más a pedazos,

nunca más a la muerte

sin haber respirado.

Nunca más como topos,

nunca más acosados.

El hombre por sí mismo

hasta él mismo lanzado,

hasta su envergadura,

hasta el hombre soñado.

Nunca más a las armas,

nunca más al soldado.

Proyectarse hasta el otro,

hasta el mejor logrado.

Búscate por tu rostro,

lávate con mi canto.

Estoy en la esperanza.

Despertarás conmigo.

Con un pan y una estrella,

alumbrando los siglos.”


 

Comentarios

@AUSTRIACA

26/02/2008

Anselm Grun escribio: quien no sabe decir no, enfermera. quien siempre quiera responder a todas las expectativas, pronto notara con dolor sus limites. pero solo aquel que tiene su centro podra crecer mas alla de sus propios limites. y quien sabe de sus limites, podra acercarse al otro y encontrarlo verdaderamente. es como vos decis, quienes hoy somos adultos y no hemos aprendido por crianza ... nos toca aprender de grandes a poner correctamente los limites ... me encanto tu texto  
@MAIONLINE

26/02/2008

Conocer nuestros límites, para saber hasta dónde dar, darnos, y así poder limitar al otro, eso es respetarnos, y respetar al otro, aún al maltratador. Para eso necesitamos "registrarnos", conocernos...en la medida que lo hagamos con nosotros mismos, podremos respetar , registrar al otro. Limitar es respeto.Eso es crecer. "Con demasiada frecuencia la buena persona sí sabe poner límites claros, pero sólo cuando se trata de cuidar o defender a otro." yo agregaría la persona crecida , sabia puede poner límites claros, para defenderse . Muy buen texto! Gracias Amalia  

ARG

ARG

MUJER de 47 en Tigre

Odia las matemáticas, ama los remolinos (violeta parra) Me gusta leer, la mú

¿CONOCERLA?

NO

Más Mujeres

Salidas Grupales

Ver Todas
Registrate