Pensemos en mañana

Pensemos en el mundo del mañana por unos instantes. Cerremos nuestros turbios ojos para ver con claridad en la mente lo que vendrá. Ya no habrá sensaciones, en su lugar, yacerán las huellas de una lágrima que una vez rozó la piel. Ya no existirá la familia, en su lugar, un conjunto de personas, que conviven para subsistir en los ecos capitalistas. Y qué será de las típicas abuelas, mujeres de faldas largas, rulos blancos y marcas que dejan los años de la experiencia, de sabiduría; serán entonces muñecas talladas en piedra que sólo podrán sonreir mas no entenderán que el abrazo de un niño todo lo vale...
Pensemos entonces, en el amor de hombres y mujeres, el de antes, el que implicaba una unión verdadera, real, pura.. Qué será de éste, pobrecito, con tanta superficialidad, en un mundo tan apurado que pareciera lo aparta de todos lados.
Pensemos en la nostalgia, esa que al recordar los aromas de los viejos tiempos, nos traerá un sentimiento de euforia, un sabor añejo a los labios, un adiós al pasado...
Pensemos en un cambio, para que este porvenir nunca llegue y esta imagen banal sea solo eso, una imagen del pensamiento.
Pensemos un mundo mejor, eso sí que podemos hacerlo...

 

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