El diván de los pobres....

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@QUIQUERAF

07/07/2008#N22271

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Hace unos años, en una entrevista que hicimos con el psicólogo social Alfredo Moffatt, nos dejó una frase que resume un montón de respuestas que uno a veces busca y no encuentra: 'La caja de 'Resero' es el diván de los pobres'… Moffatt hablaba del hombre que había quedado afuera del sistema, afuera del mundo del trabajo y de la posibilidad de conseguirlo. 'La caja de 'Resero' es el lugar adonde ese hombre va con su pena, con su angustia y su impotencia'.

Ese día hablamos también de los inhalantes, el 'Resero' de los pibes, y Moffatt afirmaba: 'Cualquiera de nosotros que esté una semana o 15 días sin ninguna protección, durmiendo a la intemperie, sin tener acceso a una casa ni a nada; antes de los 15 días está oliendo poxi para no volverse loco. El inhalante lo usan para aguantar la barbarie de vivir por donde nosotros pasamos. El no tener casa es parecido a no tener identidad. Los chicos de la calle son mirados con miedo, con desprecio o con lástima, y las tres cosas duelen'.

Al miedo, el desprecio y la lástima que denunciaba Moffatt en aquella entrevista que hicimos en el año 1993, hoy hay que sumar la indiferencia.

Los pibes que andan las calles como sombras, olvidados y con la mirada perdida se han multiplicado en estos años hasta formar parte de un paisaje desolador.

La información que llega de Santiago del Estero hace mención a la continuidad de este flagelo de los pibes exiliados: 'Tienen entre 8 y 12 años, y no es extraño encontrarlos por las calles santiagueñas inhalando sustancias tóxicas que ya decidieron su futuro'.

Quienes deciden el futuro de estos pibes no son las sustancias tóxicas sino quienes condicionaron su vida a la más extrema marginalidad.

Los profesionales consultados en el informe señalan que 'el hecho de que aspiren pegamentos se debe a que es de fácil acceso', y advierten que esto es el inicio para el consumo del alcohol o de otras sustancias ilegales más duras. 'Estos chicos no fijan la mirada, tampoco coordinan su marcha y tienen una conducta extraña ya que tienden a aislarse'.

Los pibes invisibles para el apuro de la ciudad son el síntoma más elocuente de la destrucción de los lazos esenciales de una sociedad cada vez menos solidaria.

Ellos están ahí con sus bolsas o tarritos reunidos en pequeños grupos, compartiendo el pegamento, matándose en silencio.

Ya no se esconden de la mirada del resto porque entienden que al resto no le importa lo que pase con ellos.

Por eso, repasando aquella nota de hace 15 años, uno encuentra que al desprecio, el miedo y la lástima se ha sumado la indiferencia; quizás, si se pudieran poner los sentimientos en una escala, este sería el más cruel.

El único que parece verlos es el policía que los va a reprimir, y para eso también usan el pegamento, porque como suelen decir 'así los golpes duelen menos'.

Y así seguirán las cosas mientras a los pibes de la intemperie no les devuelvan la identidad de un hogar con trabajo, la posibilidad de educarse, el derecho a jugar…

Mientras todo eso no pase, el poxi se seguirá multiplicando en cada esquina de nuestra geografía y ellos estarán ahí, inventándose un alivio y apurando el final.

Fuente de datos: Diario Panorama - Santiago del Estero 13-06-08

 

Comentarios

@YO_LILY

08/07/2008

" Al miedo, el desprecio y la lástima que denunciaba Moffatt en aquella entrevista que hicimos en el año 1993, hoy hay que sumar la indiferencia. Los pibes que andan las calles como sombras, olvidados y con la mirada perdida se han multiplicado en estos años hasta formar parte de un paisaje desolador. El único que parece verlos es el policía que los va a reprimir, y para eso también usan el pegamento, porque como suelen decir 'así los golpes duelen menos'. Y así seguirán las cosas mientras a los pibes de la intemperie no les devuelvan la identidad de un hogar con trabajo, la posibilidad de educarse, el derecho a jugar… " ---------------- Terriblemente dolorosa esta realidad. En muchas oportunidades posteé algo parecido, usando los mismos terminos que el autor de esta nota, nos acostumbramos a verlos y ya forman parte del paisaje urbano ante nuestra total indiferencia. Touche !!! Y no es por los chocolates esta patada al higado. Me se culpable. Besote LILY  
@ERADEACUARIO

08/07/2008



La nota, excelente e impregnada de una dolorosa realidad. La pregunta es, que podemos hacer además de hablar y nombrar la indiferencia con, y valga la redundancia, absoluta indiferencia. Nombrarla no soluciona nada. Alguien tiene idea desde donde se puede hacer algo???  
@QUIQUERAF

08/07/2008



creo que lo único que podemos hacer es con el voto. con la democracia. exigirle a nuestros futuros candidatos que el tema numero uno del país sea de ahora en más la educación OBLIGATORIA. y el cuidado del ser humano desafortunado que se ve obligado a vivir en la más absoluta miseria.  
@QUIQUERAF

08/07/2008



ES LO QUE QUISE DECIR. que los padres, responsables vaya en cana si no mandan a sus hijos (pobres o no) a educarse correctamente.

Y que haya escuelas, y que hayas maestros que no hagan huelga por nada, que hagan medidas de fuerzas de otra forma, y que se enseñe pero principalmente se EDUQUE, que regresen las viejas maestras que eran nuestras segundas madres, pero que los padres PONGAN EN ESE LUGAR a las maestras y no defiendan a sus hijos pegándole a las docente. Y que cuando un policía se acerque a un chico de la calle, sea para protegerlo, recogerlo, enviarlo a un EXCELENTE HOGAR DE NIÑOS, y que, y que, y que...

TANTAS COSAS NOS FALTAN!!!

 
@QUIQUERAF

08/07/2008



no me saques las cosas de su lugar, no escribir fuera de contexto, mi frase completa fue

 

que no hagan huelga por nada, que hagan medidas de fuerzas de otra forma,  
@QUIQUERAF

08/07/2008

1)cuando están en horario los de las clases turno mañana, hacen manifestaciones los de la tarde, y cuando estas entran a sus horarios laborales, las de la mañana las reemplazan. Dan clases sábados y domingo, tipo huelga japonesa.hay muchas variantes, pero la más facilonga y la que más agrada es dejar de ir a trabajar y joder a los que no tienen nada que ver. Ej. una madre sola que deja a sus hijos en las escuelas, cuando la maestra hace paro no sabe donde corno dejar a sus hijos para ir a trabajar. ¿tiene la culpa de tus problemas con el estado esa madre? los chicos pierden dias y horas de clases. ¿tienen la culpa los chicos? en fin. por privado te cuento que hacíamos nosotros, empleados públicos, el gremio más fuerte de mi provincia, cuando hacíamos huelga.-

 
@LATINA

08/07/2008



Quique: el tema no es tan sencillo. Los chicos no están en la calle drogándose solo porque no van a la Escuela. Los pobres utilizan el paco y los de las clases altas utilizan otras drogas. No es cuestión de judicializar la pobreza.

El problema de los chicos que entran en la droga es otro. En realidad no es sólo una causa. Una cuestión tan compleja siempre obedece a varias causas. La marginación puede ser una de ellas. Pero hay muchas más. Entre otras cuestiones pasa que ya no hay proyectos , ni sueños. ¿Que se puede proyectar en un mundo que no tiene proyecto? En un país donde no existe un proyecto de país??? En un país que aún estamos discutiendo si estamos o no dispuestos a distribuir la riqueza , pero hacerlo de verdad?

Hoy la educación no pasa solo por la escuela.  No se puede responsabilizar a los docentes de  cuestiones que tiene que ver con toda la sociedad. El/la docente es solo un eslabón más en la cadena. Tal vez el eslabón mas débil.  
Quique: interesantísimo este artículo que cargaste y más aún si fue escrito por Alfredo Moffatt, a quien admiro por su capacidad y visión de leer los emergentes sociales en pleno proceso.
 
 Este tema tiene varios disparadores que nos llevan a opinar distinto y con miradas variadas, pero todas son válidas, porque cada uno lo hace desde su posicionamiento, experiencia de vida y contexto social que conoce.
 
Moffatt pinta un cuadro visible y claro cuando habla del hombre excluido del sistema y "la caja de Resero es el diván de los pobres", individuos expulsados del circuito ordinario de los intercambios sociales: los indigentes, los inválidos, los niños abandonados, las viudas o los ancianos necesitados, los enfermos mentales, los delincuentes, los toxicómanos, etc... y actualmente una se ve tentada de agregar a los desocupados o inactivos de larga data, los jóvenes desocializados, etc... y esta lista puede seguir alargándose.
 
La marginalidad está a la orden del día pero no es exclusiva de la pobreza. La marginalidad tiene un carácter estigmatizante, deja al individuo en un estado de fragilidad y vulnerabiidad a flor de piel,  y también tiene un costo de "hacerse cargo", ya sea desde una misma o desde los servicios sociales e instituciones.
 
Este tema es tan amplio e inquietante que invita a reflexionar, a no "naturalizar" el abandono, la violencia, la corrupción y multiplicidad de situaciones a los que nos vemos expuestos día a día y pasan a formar parte de nuestra vida cotidiana. Pensar en la inserción para remontar esta pendiente.
 
Las intervenciones son posibles, ya sea dentro de una perspectiva preventiva o para transformar las dificultades para insertarse. Pensar que todo cambio es posible implica tiempo y proceso, nada es mágico pero al fin de cuentas vale la pena.
 
Un saludo esperanzador,
 
orena Moon
 
@QUIQUERAF

10/07/2008

La marginalidad está a la orden del día pero no es exclusiva de la pobreza

No morena, la marginalidad es exclusiva de la EDUCACION, y hoy ese rubro, por diversos motivos, está semi-destruido.Bastante hacen las maestras para educar. Pero en los hogares marginales (de educación) les brindan ejemplos de marginalidad en todos los órdenes.



 

HOLA MORENITA!!!!!!!! ME ALEGRA LEERTE.-  

Coincido…

La realidad tiene la costumbre de ganarnos de mano. Este divorcio con la vida es fatal porque en él se juega el ser o no ser de la educación.

Ya no se puede enseñar como hace 30 años. Cambian los modos de atención, las maneras de aprender. Ha cambiado definitivamente el antiguo status del docente “magistral”, autoridad indiscutible. Y no solo para el aula sino también para la sociedad.

A todo esto hay que añadirle la cantidad de docentes cansados, mal pagos, con la autoestima cuestionada debido a la frustración que supone cansarse de querer y no poder.

Hay efectos sociales que solamente se ven en el largo plazo. Con la educación pasa lo mismo: los efectos de la tragedia educativa actual serán percibidos en el largo plazo.

A la escuela se le reclaman respuestas pedagógicas sino también sociales. Ya no podemos hablar de “la escuela” incluyendo al conjunto de instituciones educativas. Hay un nuevo mandato para la escuela. Este nuevo mandato es de contención social, donde la escuela pasa a ser un espacio privilegiado, demandado para constituirse en un lugar de contención.

El tema es amplísimo y por supuesto disparador de mil temas más.

Otro abrazo esperanzador,

orena Moon
 
@CANONET

10/07/2008



LOS INDIFERENTES

No se interesan por nada, por la buena o mala suerte,

ni por las cosas pasadas ni por las cosas urgentes,

ni las que son aceptadas por el resto de la gente.

¿Serà que son inocentes, los indiferentes?.

 

 Son especìmenes raros; raros, ajenos y extraños,

de proceder nada claro, introvertidos y huraños.

En realidad, son avaros y màs que avaros, tacaños

que creen ser inocentes, los indiferentes.

 

 Si una matanza de focas por traficantes voraces

deja mal gusto en la boca y alza condenas tenaces,

a ellos nada les provoca; esos son asuntos fugaces.

Y creen ser inocentes, los indiferentes.

 

 No les preocupa la guerra, lo justo ni lo arbitrario,

les da igual cielo que tierra, la cruz o el escapulario;

el que acierta o el que yerra, si es legal o si es falsario.

Y creen ser inocentes, los indiferentes.

 

 Si ven un niño pidiendo una limosna en la calle,

ellos se excusan diciendo que no tienen para darle,

se hacen los desentendidos para mejor esquivarles

y seguir siendo inocentes, los indiferentes.

 

 Devotos imperturbables de la diosa indiferencia,

jamàs se sienten culpables ni con cargos de conciencia.

Rechazan las igualdades con aires de suficiencia

y se piensan inocentes, los indiferentes.

 

 No participan de nada, ignoran cualquier intento;

les da igual una fabada que un cocido madrileño.

Si al mal tiempo buena cara, ellos le fruncen el ceño.

Y creen ser inocentes, los indiferentes.

 

 Uno no sabe, al verlos desintegrados de todos,

si son àtomos dispersos o simples engañabobos.

Si observan el universo encerrados en un globo.

No pueden ser inocentes, los indiferentes.

 

¡No pueden ser inocentes, los indiferentes!.

 

                                          ALBERTO CORTEZ