LoS PiRaTaS ................................

La famosa y antigua "canita al aire" con la que se justificaba –y hasta se promovía- la conducta de los hombres infieles –para perdonarlos, claro- parece que pasó a la historia.

La infidelidad ya no es patrimonio exclusivo de los varones (en realidad nunca lo fue). Hoy todos admitimos abiertamente (y esa es la verdadera diferencia con el pasado) que ambos sexos engañamos casi por igual. Tal vez la diferencia radica en la forma y en las motivaciones.

Y sin dejar de reconocer que muchas veces el origen de la infidelidad está en los factores sexuales (una vida íntima pobre, o carente de seducción) se cree que los varones buscan emoción y variedad sexual y las mujeres, compensación emocional.

Hay investigaciones que revelan que la infidelidad de una noche ya casi no existe. Las relaciones clandestinas en general duran muchos meses (un año en promedio) y van más allá de la genitalidad.

A las mujeres de generaciones anteriores se las educaba con la idea de que una "canita al aire" de su hombre era una suerte de travesura ante la cual convenía hacer la vista gorda o perdonar. Lo grave era cuando la relación se prolongaba, porque implicaba la presencia de un romance. Y ahora… ¿Qué hacíamos con esta novedad?

A los varones, en cambio, les preocupó históricamente mucho más el contacto sexual de su mujer con otro que la existencia de algún vínculo emocional ajeno a él. Por eso, si ellas confesaban que "les pasaba algo con otra persona" no era imperdonable…siempre y cuando no hayan "consumado".

Ahora parece que de la muerte y de la infidelidad no se salva nadie…y que todos –no importa el sexo- nos encontraremos alguna vez en la vida ante la tentación de morder la manzana prohibida.

Según la psicología, la infidelidad por una noche no existe, porque las características de una persona infiel tienen que ver con su personalidad, además de las causas "ambientales" (el descuido del otro y la sensación de no sentirse deseado y valorado). La inseguridad sumada a la baja autoestima parece actuar a favor de la trampa. ¿Será que necesitamos reafirmar en otros que somos valiosos y atractivos? Los psicólogos aseguran que es así, y por eso, si tenemos esas características, la infidelidad nunca será por única vez, sino que se reiterará a lo largo de toda la vida, en forma alternada o continua.

Otro dato interesante que aportan las estadísticas es que el romance clandestino de una mujer suele no durar más de un año, porque las infieles experimentan una culpa que, después de ese lapso se vuelve intolerable y, a la larga, dejan a su amante o –si se enamoraron de él- abandonan al marido.

En definitiva, parece que no hay que creer más la excusa del "desliz que no volverá a repetirse". Lo que hay que tener en claro es la valoración que cada uno hace de la infidelidad. Porque también es verdad que muchas veces, cuando existen relaciones paralelas, éstas se dan con una aceptación tácita por ambas partes, para poder así mantener una vida familiar, sin modificaciones en lo formal, y que el tercero en discordia funcione en realidad como un sostén de esa pareja, que hace agua desde el punto de vista sexual, pero está bien en otros aspectos.

Muchos aseguran, incluso, que las relaciones fuera de la pareja contribuyen a mantener viva la pasión conyugal.

La pregunta de hoy es: ¿Por qué engañan los hombres…y por qué lo hacen las mujeres? ¿Hay diferentes motivaciones? ¿Es cierto que los varones buscan sólo sexo y las mujeres romance? ¿Qué es más grave?