TRES SACERDOTES Y UN OSO
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@CONVERSU
Un cura, un pastor Pentecostal y un rabino estaban a cargo de sus respectivos Templos en una universidad del norte de Michigan. Dos o tres veces a la semana, se reunían a tomar un café y charlar un rato. Una cosa llevó a la otra, y decidieron hacer el experimento: Cuando lo encontré, comencé a leerle el catecismo. El oso no quería saber nada al respecto y comenzó a pegarme con sus enormes brazos. Así que rápidamente tomé mi agua bendita, lo salpiqué con ella y por Dios y El obispo vendrá la próxima semana a darle su primera comunión y su confirmación. Estaba en silla de ruedas, tenía un brazo y ambas piernas enyesadas y tenía suero conectado al otro brazo. En su encendida oratoria relató: Cuando ENCONTRÉ al oso, comencé a leerle Pero este oso no quería saber nada conmigo. Así que lo AGARRÉ del brazo y comenzamos a luchar. Rodamos colina abajo y yo mientras le hablaba suavemente. Y exactamente como te pasó a ti añadió mirando al cura se volvió manso como un cordero y pasamos el día yo alabando a Jesús y el escuchando. Tenía yeso por todo el cuerpo, varios suministros de remedios, sangre por vía endovenosa y monitores que verificaban constantemente su condición. Mirándolo en retrospectiva, creo que la circuncisión no era la mejor manera de intentar convertirlo.
Un día, uno de ellos hizo un comentario diciendo que predicarle a la gente no era tan difícil, que un verdadero desafío sería convertir a un oso.
Cada uno se adentraría en el bosque, buscaría un oso, le predicaría y trataría de convertirlo a su respectiva fe.
Una semana más tarde se reunieron a comparar los resultados.
El padre Flannery, con su brazo en cabestrillo, varios vendajes en todo el cuerpo y apoyado en muletas, fue el primero:
Bueno, entré al bosque buscando al oso.
El reverendo Billy Bob habló después.
BUENO, hermanos, ustedes SABEN que NOSOTROS no salpicamos a la gente
El cura y el reverendo miraron al rabino, que yacía en una cama de hospital.
Estaba realmente mal cuando los miró y les dijo: