El 13 de enero de 2006, los argentinos fueron testigos de un acontecimiento que, por sus características, fue denominado “el robo del siglo”. Ese día, una banda compuesta por cinco delincuentes irrumpió en la sucursal Acassuso del Banco Río y logró escapar con un valioso botín compuesto por, nada más y nada menos, cerca de ocho millones de dólares. Por supuesto, de nada sirvió llenar la zona de policías y hasta vigilar desde un helicóptero: la fuga se produjo por las alcantarillas, es decir, los ingeniosos ladrones lograron burlar todos los controles y escaparon por un túnel que se conectaba con las cañerías de desagüe ubicadas en las proximidades de la entidad bancaria.
Para muchos, ése fue el robo más cinematográfico de todos, pero pocos sabían de la existencia de otro hecho similar que tuvo lugar en Inglaterra en el año 1971. Precisamente, ese antiguo antecedente es el eje de un thriller que a partir de hoy puede verse en las salas argentinas bajo el título de El gran golpe.