Reglas sencillas. ¿Podremos reconocernos en la calle?
Publicado por
@PIRATADELCARIBE
En mi casa me enseñaron bien.
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Sin embargo, y no lo dude, muchas veces desafié “las reglas” mediante el sano y excitante proceso de la “travesura” que me permitía acercarme al borde del universo familiar y conocer exactamente los límites. Siempre era descubierto, denunciado y castigado apropiadamente. El castigo era una salida terapéutica y elegante para todos, pues alejaba el rencor y trasquilaba a los privilegios. Por lo tanto las travesuras no eran acumulativas. Tampoco existía el dos por uno. A tal travesura tal castigo. Nunca me amenazaron con algo que no estuvieran dispuestos y preparados a cumplir. |
La insolencia en mi país admite que la gente se muera de hambre y que los niños no tengan salud ni educación. La insolencia en mi país logra que los que no pueden trabajar cobren un subsidio proveniente de los impuestos que pagan los que sí pueden trabajar (muy justo), pero los que no pueden trabajar, al mismo tiempo cierran los caminos y no dejan trabajar a los que sí pueden trabajar para aportar con sus impuestos a aquéllos que, insolentemente, les impiden trabajar. Léalo otra vez, porque parece mentira. Así nos vamos a quedar sin trabajo todos. Porque a la insolencia no le importa, es pequeña, ignorante y arrogante.
Bueno, y así están las cosas. Ah, me olvidaba, ¿Las reglas sagradas de mi casa serían las mismas que en la suya? Qué interesante. ¿Usted sabe que demasiada gente me ha dicho que ésas eran también las reglas en sus casas? Tanta gente me lo confirmó que llegué a la conclusión que somos una inmensa mayoría. Y entonces me pregunto, si somos tantos, ¿por qué nos acostumbramos tan fácilmente a los atropellos de los insolentes? Yo se lo voy a contestar. PORQUE ES MÁS CÓMODO, y uno se acostumbra a cualquier cosa, para no tener que hacerse responsable. Porque hacerse responsable es tomar un compromiso y comprometerse es aceptar el riesgo de ser rechazado, o criticado. Además, aunque somos una inmensa mayoría, no sirve para nada, ellos son pocos pero muy bien organizados. Sin embargo, yo quiero saber cuántos somos los que estamos dispuestos a respetar estas reglas. Le propongo que hagamos algo para identificarnos entre nosotros. No tire papeles en la calle. Si ve un papel tirado, levántelo y tírelo en un tacho de basura. Si no hay un tacho de basura, llévelo con usted hasta que lo encuentre. Si ve a alguien tirando un papel en la calle, simplemente levántelo usted y cumpla con la regla 1. No va a pasar mucho tiempo en que seamos varios para levantar un mismo papel. Si es peatón, cruce por donde corresponde y respete los semáforos, aunque no pase ningún vehículo, quédese parado y respete la regla. Si es un automovilista, respete los semáforos y respete los derechos del peatón. Si saca a pasear a su perro, levante los desperdicios. Dr. Mario Rosen |
Comentarios
18/11/2009
ALBERTO, VOS NO TENES QUE CAMBIAR, EN TODO CASO SOLO ALEGRARTE PORQUE ROSEN COINCIDA CON VOS
CECILYA
18/11/2009
Excelente textooo !!
El mal de los Argentinos es la insolencia. La insolencia está compuesta de petulancia, descaro y desvergüenza. La insolencia hace un culto de cuatro principios:
- Pretender saberlo todo
- Tener razón hasta morir
- No escuchar
- Tú me importas, sólo si me sirves.
El mal de los argentinos son tantos !!
Muy bueno !!
18/11/2009
EXCELENTE TEXTO Alberto!!!! En mi casa existían las mismas reglas, y se cumplían. Como iba a decirle a mi papá que no levantaba la mesa !!! Y las travesuras tenían un costo eso también estaba claro, a veces si me había portado bien mi papas me dejaban pasar alguna chiquita. Los límites son necesarios para ser responsables de nuestros propios actos y así no convertirnos en INSOLENTES. Es bueno recordarlo diariamente.
Saludos, Marisa
18/11/2009
texto :
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MARYCRI
#N8066
13-02-2006
yo creo que más que reglas lo que perdimos son VALORES.
Los valores para mí son la base de toda conducta social. El tener buenos valores, nos llevará a ejercer una sana conducta personal y con los demás... el no tener valores... bueno eso nos lleva a donde estamos hoy.
Las reglas están no para cumplirlas, sino para protegernos muchas veces y es cierto que el tema de la insolencia abunda por todos lados; sucede quizás que nos estamos volviendo demasiado individualistas en un mundo social; queremos ser uno solo y solo nosotros en un lugar donde convivimos con otros.
Vos por casualidad pensás que los gritos de Tinelli, Legranth y Gimenez son para proteger la comunidad? EQUIVOCADO ALBERTO. Son para protegerse solamente a ellos. Caso contrario , por ejemplo, la señora Mirta, hubiera "gritado" por la seguridad del ser humano en el año 76-77-78 etc. cuando conducia alegremente sus almuerzos entrevistando a los Videlas Masseras etc., o la señora Susana, en lugar de gritar por seguridad, no hubiera comprado un automovil para discapacitado (junto a Mauricio Macri) para no pagar impuestos de importación con la fortuna que tiene. En fin. VALORES. VALORES MORALES Y NO REGLAS ALBERTO. Eso es lo que se perdió.