Amor verdadero

 

El amor no es irracional ni ciego.  Es puro y santo.  Pero la pasión del corazón natural es otra cosa completamente distinta.  Mientras que el amor puro es total entrega y se mantendrá en armonía perfecta, la pasión se manifestará temeraria e irracional, desafiará todo freno y hará un ídolo del objeto de su elección.  En todo el comportamiento de quien posee verdadero amor, se revelará la verdad.  La modestia, la sencillez, la sinceridad, la moralidad caracterizarán cada paso que dé hacia una alianza matrimonial.  Los que son así gobernados no se verán absorbidos por su compañía mutua.

 

El amor que no tiene mejor fundamento que la simple satisfacción sensual no será obstinado, ciego e ingobernable.  El honor la verdad y toda facultad noble y elevada del espíritu caen bajo la esclavitud de las pasiones.  Con demasiada frecuencia el hombre atado por las cadenas de esa infatuación resulta sordo a la voz de la razón y de la conciencia; ni los argumentos ni las súplicas le inducirán a ver la insensatez de su conducta pero distinto es el caso de la mujer que debe asentir los deseos del hombre amado para ser libre.

 

 

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