16 JUNIO 1955---16 JUNIO 2010- 55 AÑOS PARA RECORDAR
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@CECILYA
En nuestra historia hubo varios antecedentes donde las clases dominantes descargaron su furibundo odio contra el pueblo llevando a cabo matanzas para sembrar el terror tal como los asesinatos de pueblos enteros para adueñarse de sus tierras del Gral Roca, o la Patagonia trágica asesinando a quienes se atrevieron a desafiar a los terratenientes pero en esta particularmente hay personajes vinculados familiarmente e ideológicamente con el trágico golpe de 1976 antecedente del terrorismo de estado que hemos padecido.....Cecilya 16 de Junio de 1955 EL BOMBARDEO A LA PLAZA DE MAYO Imaginemos que un mediodía cualquiera vamos a Plaza de Mayo. |
Los sicarios cipayos vendepatrias y traidores vernáculos, respondieron con odio a sangre y fuego y con el: “Se acabó la leche de la clemencia" del Dr. Américo Ghioldi -Partido Socialista- Decía el General Perón: La única verdad es la realidad, y la actual realidad nos dice que esta dirigencia burguesa que se ha enquistado en el poder de nuestra Patria, ha incumplido con lo demandado por el pueblo, éstos no han hecho en todo este tiempo más que defender sus propios intereses y la de sus amos externos. Es por ello que se hace imperiosa y sumamente necesaria la creación de un frente único que nuclee a todas las organizaciones políticas, sindicales, sociales y culturales que luchan contra este sistema neoliberal, oligárquico, inhumano y genocida. La concreción de este frente como herramienta electoral única, es y será sin dudas uno de los más fabulosos proyectos que todo pueblo que lucha por su liberación y contra la opresión puede lograr, es llevar la resistencia a las puertas mismas del imperio colonizador. |
El mediodía del 16 de junio de 1955 se produce el bárbaro ataque aéreo de metralla y bombardeo a la Plaza de Mayo, nuestra propia Guernica nativa. Aviones Gloster Meteor de la Armada de guerra nacional dejan caer sin aviso sobre el pueblo desprevenido nueve toneladas y media de explosivos, incluso una bomba que estalló en el techo de la Casa Rosada y otra que destruyó totalmente a un trolebús repleto de pasajeros. Era la antesala de la trágica irrupción oligárquica-imperial de tres meses después, que iba a acabar con el gobierno del general Perón. Un gobierno que entre 1946 y 1955, partiendo de un país tan pobre, injusto y dependiente como el que hoy sufrimos, supo construir una nueva Argentina justa, libre y soberana, modelo para todas las naciones de América. Que pudo crear un ministerio de trabajo, triplicar los salarios y asignarle a los trabajadores más de la mitad del producto bruto nacional. Que pudo crear un ministerio de educación y quintuplicar el presupuesto en esa área, doblar el sueldo de los docentes, y construir más escuelas que las hechas a lo largo de toda la historia del país. Que pudo crear un ministerio de salud pública y multiplicar cincuenta veces su presupuesto, y bajar en solo dos años los casos de paludismo de veintitrés mil a quinientos. Que construyó, por ejemplo, entre otras setenta y seis mil obras públicas, un gasoducto de mil setecientos kilómetros que transportaba diariamente un millón de metros cúbicos de gas; que construyó también, por ejemplo, el aeropuerto internacional más grande del mundo. Que produjo todo el carbón, el aluminio, el gas y el petróleo que se consumía. Que creó una planta nacional de energía atómica. Que convirtió al país en uno de los seis que volaban sus propios aviones a chorro. Que canceló totalmente la deuda externa. Que duplicó la renta nacional. No, estas estadísticas de sueños que en nueve años pusieron al país como modelo de dignidad y desarrollo no podían seguir. Había que acabar con el gobierno del general Perón. Transcribimos el fragmento que describe el dramático acontecimiento del 16 de junio de 1955 del magnífico historiador Salvador Ferla en “Mártires y Verdugos”, Editorial Revelación, 3ra. Edición, Buenos Aires, octubre de 1972, páginas 24 y 25. [...] La oligarquía ambiciona el regreso al poder total, la restauración de su régimen y la anulación del proceso revolucionario iniciado en 1943. Conoce los obstáculos porque los ha palpado y reiteradamente se ha roto las narices contra ellos. Son el pueblo politizado, presente, activo; y el ejército, colocado en su exacta ubicación nacional. Al primero planea anestesiarlo mediante el terror; al segundo desarticularlo y reestructurarlo en milicia partidaria a sus órdenes. La primera y potente inyección de anestesia la recibe el pueblo el 16 de junio de 1955. Ese día sucede en Buenos Aires algo espantoso y absolutamente inconcebible: una formación de aviones navales bombardea Plaza de Mayo. El pretexto es matar a Perón, a quien suponen en la Casa de Gobierno, para lo cual se bombardea la plaza, se ametralla la Avenida de Mayo, y hasta hay un avión que regresa de su fuga para lanzar una bomba olvidada. Cientos de cadáveres quedan sembrados en la plaza histórica y sus adyacencias, unos pertenecientes a civiles que habían acudido en apoyo al gobierno, y otros de anónimos transeúntes. Es el primer castigo, la primera dosis de castigo administrada al pueblo. Es el fusilamiento aéreo, múltiple, bárbaro, anónimo, antecesor de los que luego realizarían en tierra firme con nombres y apellidos [se refiere a la masacre de José León Suárez en la represión del levantamiento cívico-militar del 9 de junio de 1956, a los mártires y verdugos que le dan título al libro]. Entre este grupo de aviadores [entre los que estaba el capitán Osvaldo Cacciatore, que después del 76 cobraría fama y fortuna como intendente porteño del Proceso] que mata desde el aire a una multitud, y los agentes de la Policía de la Provincia de Buenos Aires que “fusilan” a un núcleo de civiles en un basural, tirándoles a quemarropas sin previo aviso, solamente existe una diferencia de ubicación. Este episodio criminal, este acto terrorista comparable al cañoneo de Alejandría y de ciudades persas efectuados por la flota inglesa, también con propósitos de escarmiento, no tiene antecedentes en la historia de los golpes de estado. Porque hasta en la lucha entre naciones está proscriipt o el ataque a ciudades indefensas, y porque la guerra aérea, con el bombardeo a poblaciones civiles, ha sido una tremenda calamidad traída como novedad por la última guerra mundial, que ha merecido el repudio unánime universal. Nuestro pueblo, que estuvo alejado del escenario de esa guerra, que jamás pudo con su imaginación reproducir la imagen aproximada de un bombardeo aéreo, experimenta ese horror -el horror del siglo- en carne propia, por gestión de su propia aviación. Y esa aviación que nunca había tenido que bombardear a nadie, que no sabía lo que era un bombardeo real, hace su bautismo de guerra con su propio pueblo, en su propia ciudad capital. El 16 de junio de 1955, sufrimos los argentinos nuestro Pearl Harbour interno, donde la víctima es el pueblo y el agresor la oligarquía. |
Comentarios
16/06/2010
El 16 de junio de 1955, sufrimos los argentinos nuestro Pearl Harbour interno, donde la víctima es el pueblo y el agresor la oligarquía.
querida Ceci, lo queria recordar pero....siempre me bajan la caña con este asunto. Si, recordemos las víctimas de los "justicieros" bombardeando cientos de civiles que transitaban por Plaza de Mayo.
17/06/2010
Cecilya muy buena la nota que subiste y lo que escribiste , es un placer leerte ;
Quique , lo único que falta es que tengamos que pedir permiso para recordar y homenajear a nuestros compañeros asesinados por la marina asesina y cobarde
agrego unas fotos de la "hazaña" de nustros aviadores de la marina ...
http://www.criticadigital.com/index.php?secc=galeria&gid=745
Críticadigital habló con Alfredo Carlino, testigo directo del ataque militar y un "peronista de Perón".
Fotografía de la nota
Alfredo Carlino tiene 77 años, fue testigo directo del bombardeo de Plaza de Mayo en 1955. "Soy uno de los pocos que sobrevivió", dice. Esta tarde, la Secretaría de Derechos Humanos difundirá un informe sobre los hechos. Fotogalería.
Cl
Alfredo Carlino es poeta y ex boxeador. Nació el 17 de octubre de 1932 como premonición de su militancia política. Trece años después, ese mismo día, una multitud pedía la liberación de Juan Domingo Perón en la Plaza de Mayo. Carlino ya no dudaba de sus convicciones y empezó a militar en el peronismo. Al poco tiempo empezó a trabajar para "El General" en la Casa de Gobierno y forjó una trayectoria en la administración pública. En el 1973 llegó a ocupar el cargo de coordinador general de prensa y difusión. Alcanzó su reconomiento en 2003, cuando La legislatura de la ciudad de Buenos Aires reconoció su labor como escritor y lo nombró ciudadano ilustre.
El año pasado Carlino publicó su libro "Poemas. 50 años con la poesía". Por esos días Carlino declaró: "Siempre escribí mucha poesía, sobre todo en los tiempos de los militares; estaba muy mal, escapándome de un lado para otro, me costó recomponer todo eso. Jamás renuncié a mi compromiso con el pueblo, ni siquiera en los peores momentos".
Esta tarde, el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Eduardo Luis Duhalde, informará en una conferencia de prensa los resultados una investigación sobre el bombardeo a Plaza de Mayo de 1955.
En una extensa charla con Críticadigital Carlino recordó sus dolorosas vivencias de la época.
¿Cómo vivió el 16 de junio de 1955?
- Debajo de las bombas. Soy uno de los pocos sobrevivientes. Aquel día atacaron la casa de gobierno para matar al general. El cuerpo de Granaderos a caballo resistió y dejó muchos muertos. Se evitó que pudieran entrar a la Casa Rosada.
¿Qué imagen recuerda de ese día?
- El bombardeo a los trolebuses. Eran dos que iban llenos de chicos a la escuela. Nunca se supo cuántos eran exactamente. Después de bombardearnos a los que estabamos en la plaza nos llegó la voz que se habían rendido los marinos. Entonces, un grupo muy grande vino hacia nosotros, levantaron las banderas blancas como si se hubieran rendido y cuando se acercaron nos ametrallaron.
¿Tuvo oportunidad de hablar con Perón después del bombardeo?
- Sí, en el 73 le pregunté porqué habían dicho que sólo habían muerto 380 personas, si en realidad fueron muchas mas. El me dijo: 'Di una cifra, no di la cantidad exacta para evitar la venganza popular'. Yo sabía que era imposible saber la cantidad real porque todo terminó a las 18 horas y a las 20 ya decían ese número, cuando en realidad no se sabía dónde había mas muertos.
¿Cuántos víctimas cree que hubo ese día?
- Hice una investigación concreta junto a un grupo de periodistas y llegamos a un resultado: 1840. Aunque otros dijeron que eran casi 4.000. Porque en realidad el bombardeo no fue sólo en Plaza de Mayo sino que también atacaron la esquina de Las Heras y Agüero donde ahora está la Biblioteca Nacional, ahí vivía Perón con Evita y murió gente. También en La Tablada hubo bombas.
Carlino se apasiona cuando cuenta lo que vivió en esos días agitados del 55 y aclara: “Yo soy un peronista de verdad, nunca viví de la política. Cuando me corrieron me fui a vender libros de psicoanálisis. En 1989 (Carlos) Menem me llevó de nuevo a la Casa de Gobierno, pero cuando ví lo que hacía con el país renuncié. Soy un peronista de verdad".
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