"VUELVO CUANDO ENCIENDAN LAS LUCES"

Escrito por
@EUCLA

21/07/2010#N32548

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En el territorio de la infancia pueblerina de una niñez sin relojes, la hora de volver a casa luego de las corridas por las calles del barrio era cuando se encendían las luces del alumbrado público...
 
 
“Vuelvo cuando enciendan las luces...”- La voz de la niña en el zaguán gritándole a su mamá, me doblegó a traición el alma cuando pasaba distraída por la acera llevándome, de golpe y porrazo, a otro zaguán, a otra niña...
“Vuelvo cuando enciendan las luces...”, hacía mucho, pero mucho tiempo que no oía esa frase...
Sentí el olor a tierra pegada en las rodillas y el olor a  sangre de los rasguños... sentí la feliz transpiración empapando de energía el cuerpo, y el ritmo acelerado de los latidos al saltar la cuerda... Las corridas del “manchapidonojuegomás”... el beso pegajoso de caramelo en el escondite de la Escondida mientras alguien gritaba “¡Piedra libre para todos mis compañeros...!” y ninguno lo escuchaba... Sentí la aspereza de la punta de los zapatos de tanto escalar el tapial... y la suavidad... la tersura y el frescor de las violetas...
 
Toda la infancia cabe en una frase cuando tenemos el alma desprevenida a flor de piel...
Asomada a los cincuenta y nueve años observo que mi niña no me ha abandonado nunca a lo largo del camino recorrido. Y estoy segura, segurísima, de “volver cuando enciendan las luces...”
 
 ...Porque... disfruto cada vez más del perfume y del sabor de la tierra bajo mis pies,
bajo mi cuerpo, o al hundir mis dedos en la arcilla para que florezca en formas...
...Porque el ardor de las heridas y el olor de la sangre no me repugnan y en el rojo nacarado distingo la continuidad de la Vida espiralada en muertes y resurrecciones...
Porque continúo siendo experta en saltar cuerdas y el sudor de las batallas y del amor es la maravillosa señal de que aún existo...
...Porque a veces pido “pido” y otras, no quiero jugar más. Pero sigo jugando, aunque de cuando en vez busco un escondite donde acurrucarme deseando, desde lo más profundo de mi ser, volver a sentir un beso pegajoso de caramelo...
...Porque aún soy capaz de librar en nombre de todas aquellas que deseen ser libradas...
...Porque he agotado asperezas de zapatos y de alma en cada tapial de la vida al que me he trepado y porque aún tengo la insolencia de pisar el frescor de la hierba sin dañar a las violetas...
...Porque soy mujer a flor de piel y de alma...
 
Porque tengo la certeza que al final del camino, a mi lado y en cerrada formación, volarán miríadas de luces hacia la Luz...
Porque cuando “enciendan las luces” todos, absolutamente todos, vamos a retornar a Casa...
 
Mabel Fernández Albelo

 

Comentarios

@GLORIAND

21/07/2010



HERMOSO CUENTO EUCLA,GRACIAS POR COMPARTIRLO.SEGURAMENTE MUCHAS COMO YO,SE VERAN INDENTIFICADAS EN EL.  
@REINALUNA

26/10/2010



  Hermoso !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Gracias por prestarnos tu emoción tan bien plasmada.