UNO DÁ LO QUE POSEE

Había una vez ... Un señor que tenía por vecino a un Sabio. Un día descubrió que, su vecino Sabio, a quien él envidiaba profundamente, iba a dar una fiesta con motivo de su cumpleaños. Entonces, resolvió hacerle un presente para "arruinarle" la fiesta. Mandó a su sirviente preparar una bandeja llena de basura y desperdicios, para luego entregársela frente a los presentes y avergonzarlo en su día.


Pero, curiosamente, en presencia de todos, el Sabio recibió dicho obsequio de buen grado y con alegría y, gentilmente, pidió al sirviente que lo espere un instante, ya que le gustaría poder retribuir la gentileza a su vecino...
Fue al fondo de su casa y tirando la basura, lavó la bandeja, y cubriéndola de flores perfumadas escribió un papel, donde decía:


"Cada uno da lo que posee"


Moraleja: aprenda a ser como el Sabio, conserve su centro, permanezca en calma... que las malas actitudes de otros sirvan sólo para descubrir su propia sabiduría. La rabia hace mal a la salud, el rencor daña el hígado y la cólera envenena el corazón.


Aprenda a dominar sus reacciones emotivas. 
Sea dueño de si mismo. Para qué arrojar leña en el fuego de su aborrecimiento? Conserve la calma y piense antes de hablar, superándose a si mismo, esa parte reactiva-impulsiva que debe ser domesticada por su Yo más elevado.


Recuerde: "Guardar resentimientos es como tomar veneno y pretender que se muera el enemigo... mientras espera que esto suceda, es uno el que se va muriendo"

 

---