EL MOMENTO DEL DESCANSO
Escrito por
@KUKITYTA
Quién diría que Marita se disculparía con un regalo. Después de toda la bronca, los doscientos llamados por día dejados en el contestador:
“Ok, lo nuestro no puede ser pero seamos amigas…”
“Llamame, no te olvido…"
“¿Por qué no me llamás…?”
“Llamame, te quiero, te extraño. ¡Llamame! ¡Llamame! ¡Llamame! ¡NO ME IGNORES!...”
La espera a la salida de mi trabajo, los papelitos dejados debajo de la puerta de mi departamento (¿quién le habrá abierto la puerta de calle?), las llamadas en llanto a mis viejos. Pobres, con lo que les costó aceptarla y ahora Marita pidiéndoles que intercedan por ella.
(Para mi vieja quedar embarazada fue muy difícil y después de varias pérdidas y tratamientos asomé al mundo apenas un poquito antes de que le llegaran sus cuarenta. Como primogénita y única hija de un matrimonio mayor fui criada con afecto y miedo por partes iguales. El día que me fui de casa para vivir sola fue declarado de “duelo familiar”, y sólo me franquearon la salida con la promesa de pasar los viernes a la noche y los domingos a la tarde en su casa hasta el fin de los días.
Cuando apareció Marita en mi vida yo venía muy decepcionada y lastimada después de haber terminado un noviazgo de casi tres años. Ella sólo había estado con mujeres, yo en cambio nunca. Si bien nuestra relación comenzó como una amistad, fue creciendo de manera tan natural que cuando me dio el primer beso me di cuenta de que lo había deseado hacía mucho tiempo. Desde un principio me cautivó su preocupación por mí, sus llamadas constantes, las pequeñas atenciones que tenía conmigo día a día, si bien ya en ese entonces no ocultaba sus celos desmedidos. Decidimos irnos a vivir juntas.
Un día acomodé todos los libros de Freud en mi cabeza y traté de usarlos para hablar con mis viejos. Tanto esfuerzo y psicología no surtieron el efecto deseado; su primera reacción fue de rechazo, literalmente me echaron de su casa y dejaron de hablarme por un tiempo. Después, cuando comprendieron que me alejaría de ellos definitivamente, volvieron los viernes y los domingos compartidos pero con la incorporación de Marita, quien hasta se ganó su lugar fijo en
El recipiente de sales tiene una forma extraña, es como si fuera un cono alargado, con un pico redondeado con una sola rosca, hecho en cerámica. Está cerrado con un tapón de corcho, sellado con cera. En la cara frontal se destaca una flor en relieve. El cuerpo es de un verde jaspeado, desparejo, como si hubieran pintado con beige el fondo y luego con un pincel viejo le hubieran agregado verde. La flor, en cambio, está prolijamente coloreada en tonos de beige, amarillo y verde, sin perder ese estilo rústico. Casi sobre el borde superior un hilo sisal anudado en una vuelta, completa su apariencia artesanal.
¡Qué lindo un baño de inmersión para aliviar las tensiones y olvidarme de la pesadilla que me hizo vivir! Después de todo no es una mala mina, no podía aceptar nuestra separación pero creo que ahora lo tomó adultamente.
El agua está deliciosa, y las sales huelen bastante bien, ¡qué placer!, ¿el agua está muy caliente? , me estoy quemando, ¡me estoy quemando! ¡Ayyyyyyyyy, auxilio, me estoy quemando...!
Comentarios
26/10/2012
Este cuento tiene un par de años, por las dudas aclaro que es ficción.
Ruth
27/10/2012
Gracias Namy por tu comentario!
Ruth
27/10/2012
Muchas gracias Leandro!
Un beso, Ruth
28/10/2012
Qué cuento tan original Ruth, me gustó la idea. Gus
28/10/2012
Gracias Gus!
Un beso, Ruth
28/10/2012
Muy Bueno Ruth, y se suma a otros que tu pluma nos mostrara... esa forma tan buena de contar! Gracias por compartirlo. Mario
28/10/2012
Que bueno leer tus cuentos Kuki, también me gusta tu forma de relatar, avanti mujer!!! realmente tenés que seguir escribiendo!!!
Un abrazote para vosssss!!!!
28/10/2012
Kuky:
me sorprendió tu relato. Me atrapó inmediatamente y lo disfruté mucho.
Lo breve si bueno, dos veces bueno creo que decía Abelardo Castillo.
Un beso!! Viviana.
28/10/2012
Muy bueno Ruth !!! Podría ser un cuento breve o... el final de una novela. ( piénsalo .... )
Muy buen tema. Un relato sencillo, ágil y claro. Me gustó.
28/10/2012
Mario, Haylin, Viiviana y María, muchas gracias!!!
Ahi va una yapa!
Ruth
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