Cuento chino, taoista...
Publicado por
@MONICABAN
Cuentan que una vez en la antigua China, iban caminando un maestro mayor y su discípulo. Una de las reglas a respetar era no tocar el cuerpo de ninguna mujer.
El discípulo admiraba profundamente a su maestro y aprendía con gran compromiso todo lo que la práctica iba haciendo ver en su camino junto a él.
Un buen día, pasando por un río, escuchan los gritos de una mujer que no lograba cruzar a la otra orilla y pedía ayuda casi desesperadamente. En ese momento el maestro la pone sobre sus espaldas y la cruza.
Siguen su camino y el maestro advierte la desilusión del monje más joven, pero respeta su sentir y su tiempo para hablar. Así pasaron varios meses...
Así fue que un día el discípulo le dice que sentía algo que lo incomodaba y decide explicitarlo (aludiendo a aquel cruce del río).
El maestro le contesta: -"Ya lo sospechaba", fue ese día en que sentí que debí cargar con una piedra por unos minutos en pos de un bien mayor: salvar una vida. Y me duele, no tanto esos pocos minutos, sino la piedra que tantos meses haz cargado por no haber hablado, por no haber expresado lo que te había dolido.
Este cuento me encantó. Hay muchas cosas que crecen en el silencio , en la falta de posibilidad de expresar algo que nos duele y no damos al otro, o no nos dan, la posibilidad de aclarar la intensión profunda de una acción.
La confianza se construye, se cultiva, es la base para cualquier encuentro humano fecundo. Hay que tratar de no cargar con piedras más tiempo del debido, tal vez no valga la pena...
Excelente! Gracias, Monicaban por compartirlo!
Saludos,
Viviana
Las piedras....las piedras qué cargamos!!....esas qué muchas veces nos enferman!!
Muy bueno Moni....Saludossss...Lili
Besos a las dos !! Y a no cargar tantas piedras, es más simple explicitar (no más fácil)
Besos
Mónica
Sin dudas! nada es fácil, pero uno lo complica más.
El discípulo admiraba profundamente a su maestro y aprendía con gran compromiso todo lo que la práctica iba haciendo ver en su camino junto a él.
Un buen día, pasando por un río, escuchan los gritos de una mujer que no lograba cruzar a la otra orilla y pedía ayuda casi desesperadamente. En ese momento el maestro la pone sobre sus espaldas y la cruza.
Siguen su camino y el maestro advierte la desilusión del monje más joven, pero respeta su sentir y su tiempo para hablar. Así pasaron varios meses...
Así fue que un día el discípulo le dice que sentía algo que lo incomodaba y decide explicitarlo (aludiendo a aquel cruce del río).
El maestro le contesta: -"Ya lo sospechaba", fue ese día en que sentí que debí cargar con una piedra por unos minutos en pos de un bien mayor: salvar una vida. Y me duele, no tanto esos pocos minutos, sino la piedra que tantos meses haz cargado por no haber hablado, por no haber expresado lo que te había dolido.
Este cuento me encantó. Hay muchas cosas que crecen en el silencio , en la falta de posibilidad de expresar algo que nos duele y no damos al otro, o no nos dan, la posibilidad de aclarar la intensión profunda de una acción.
La confianza se construye, se cultiva, es la base para cualquier encuentro humano fecundo. Hay que tratar de no cargar con piedras más tiempo del debido, tal vez no valga la pena...
Comentarios
@MOON
16/04/2014
Excelente! Gracias, Monicaban por compartirlo!
Saludos,
Viviana
@LILIBET
16/04/2014
Las piedras....las piedras qué cargamos!!....esas qué muchas veces nos enferman!!
Muy bueno Moni....Saludossss...Lili
@MONICABAN
19/04/2014
Besos a las dos !! Y a no cargar tantas piedras, es más simple explicitar (no más fácil)
Besos
Mónica
@MOON
19/04/2014
Sin dudas! nada es fácil, pero uno lo complica más.
@MONICABAN
22/04/2014
Siiiiiiiiiiiii !!! Tal cual !! Beso, MOON (se va aprendiendo)
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