carta a mi hija frente a su bandera

Buenos Aires 20 de Junio de 2002
Querida Hija:

No sé cuál es la razón por la que en la República Argentina, en lugar de celebrar un hecho histórico de la importancia que significa la creación de nuestra Bandera en su justa fecha, se decide hacerlo el día en que debería honrarse la muerte de su creador.

Tal vez aún perdure la indefinición de aquel Triunvirato, que allá por 1812 todavía no se decidía si continuar como colonia de España o ser una nueva colonia de Francia o del Imperio Británico. Han pasado casi dos siglos y parece que aún estamos con la misma indecisión, aunque con diferentes virreyes.

Sin embargo, desafiando las luchas internas que existían en Buenos Aires, en donde hasta tuvieron miedo de que se exhibiera la nueva insignia, un verdadero patriota como el General Manuel Belgrano, un 27 de Febrero de 1812, en la hoy ciudad de Rosario, a orillas del Río Paraná y frente a las baterías “Libertad e “Independencia” enarbola por primera vez nuestra sagrada Bandera y la hace jurar a sus soldados.

En una parte de su arenga, consciente de la situación por la que atravesaba esta parte del continente, les decía:
“ Juremos vencer a los enemigos interiores y exteriores y la América del Sur será el templo de la independencia y la libertad. En fe de que así lo juráis decid conmigo ¡ Viva la Patria!“

Hija, llegó el momento en el que vas a prometer lealtad a nuestra Bandera y es necesario que comprendas su significado y lo que abarca.

Prometer significa cumplir, sin ningún tipo de excusas, con lo que nos obligamos a hacer.
Lealtad significa ser fiel a nuestros afectos y compromisos y defenderlos con honor.

En estos días, la promesa de lealtad a nuestra Bandera debe ser el inicio de una lucha que va a ser muy dura y muy larga para que podamos lograr:

 Construir una educación para todos; libre, gratuita y obligatoria, que asegure igualdad de oportunidades para cada uno de los habitantes de este suelo, como alguna vez sucedió.

 Ver a los hombres y mujeres de este país con trabajo, para recuperar la dignidad que nos quitaron y para que tengan significado sus vidas, como también alguna vez sucedió.

 Ver a los abuelos, que tanto hicieron para que sus hijos pudieran construirse un futuro -hoy incierto-, ocupados en contar a sus nietos historias y aventuras y no preocupados en sobrevivir o mendigar la atención que se les niega.

 Ver a los niños concurriendo a las escuelas con la ansiedad por aprender cosas nuevas y no con la angustia de llegar para tener su único plato de comida.

 Volver a hacer un culto de la solidaridad y acabar con el sálvese quien pueda.

 Volver a recuperar los valores de una sociedad que hoy han desquiciado y sometido a las más crueles torturas; la miseria, el hambre, la incertidumbre y la inseguridad.

Agostina; la lealtad que hoy vas a prometer junto con tus compañeros nos compromete a todos y especialmente a nosotros, a mamá, a papá y a todos los otros padres para que juntos iniciemos el camino de esta batalla por la dignidad de ser Argentinos.

Nos toca a los padres, tener la disposición de ánimo necesaria para que nuestra actitud sea el ejemplo que acompañe a nuestros hijos y escuela para quienes quieran seguirnos en la búsqueda de una Nueva y Gloriosa Nación.

Que Dios escuche nuestro pedido, nos ilumine para elegir el mejor camino y nos otorgue las fuerzas necesarias para no claudicar.

Papá

 

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