El placer de la lectura sin tiempo...
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@FLORALIS
El placer de la lectura sin tiempo por Javier Navia | LA NACION
Además, los autos funcionaban alimentados por basura, los taxis se pagaban con las huellas digitales y la pizza se conseguía deshidratada. Por supuesto, estos adelantos no son parte de nuestra vida cotidiana, pero sin duda otros avances, inimaginables hace 25 años, sí lo son.
Todo esto simplemente prueba que el futuro, para bien o para mal, nunca suele ser tal como lo imaginamos.
Al comenzar esta década, por ejemplo, las nuevas tecnologías amenazaban con dejar obsoleto, en pocos años, uno de los símbolos culturales con más siglos de vigencia: el libro. Mientras en Estados Unidos grandes cadenas de librerías, como Borders y Barnes & Noble, cerraban una tras otra sus sucursales a lo largo de todo el país, los libros electrónicos, o ebooks, se convertían en el nuevo formato de la literatura y poseer un Kindle parecía la llave para acceder a la lectura en el siglo XXI: como le había sucedido a los CD frente al MP3, el libro papel estaba condenado a languidecer en los estantes hasta su extinción.
Pero el futuro suele ser como un espejismo que sólo revela su verdad cuando se alcanza. Hoy, el libro goza de buena salud y las dudas ensombrecen en cambio a los ebooks. Según cifras recientes del sector, el porcentaje de ventas de libros electrónicos en todo el mundo es del 12,3% y la participación en el mercado de libros electrónicos en Europa alcanza sólo el 4,5%. En España se estima que por cada 200 libros vendidos en las librerías tradicionales se venden apenas tres ebooks. Según Forbes Statista, la industria mundial del ebook vale seis veces menos que la impresa, y en todo el mundo hay síntomas de estancamiento. Incluso en Estados Unidos la venta de ebooks no logra perforar el techo del 25% del mercado.
Uno de los síntomas más elocuentes de esta realidad entre nosotros se encuentra en la valija de los veraneantes. Para esta época, quienes aún no lo han hecho, completan sus listas de libros favoritos para leer en la playa, un ritual que no pasa de moda y que no conoce edades.
Nada como leer bajo una sombrilla a pasos del mar. Nada como el olor de un libro nuevo. Nada como que el futuro sea tan imprevisible..
Comentarios
07/02/2015
Elsita, muy interesante el artículo y sumamente oportuno, justamente en este momento en que la mayoría dedica mucho tiempo a la comunicación cibernético-mediática y con eso llenan espacios valiosos que además les fomentan un pensamiento único, evitando que las personas saquen sus propias conclusiones. En fin, creo que reivindicar la lectura de libros argumentando es un soplo de aire fresco que fomenta la intriga e incentiva a este disfrute. Tengo el hábito por pertenecer a una época en se impulsaba, será muy bueno ayudar a lograr lo mismo en las nuevas generaciones. Gracias-Cecilya
07/02/2015
Es cierto. No hay tecnología que supere al libro. La lectura en papel es suave para los ojos, la forma del libro es muy "portable". No da miedito sacarlo en cualquier parte, dificilmente alguien intente arrebatártelo. Su olor, su aspecto y su interior siguen siendo atrapantes y nada absolutamente nada, le hace sombra.
Muy buena nota, gracias por compartirla!!
07/02/2015
el libro, es insustituible, el olor a sus ojos, poder garabatearle fragmentos, llevarlo y traerlo, acudir a él en cualquier sitio. nah...
y si por esas cosas de la "posmodernidad" los chicos de ahora leen desde la compu. tranquilos.. ya volveran a él, asi como volvio el Vinilo
07/02/2015
Gracias Cecylia, Volar15 y Evaristo Sosa por dejar aquí sus opiniones con las que sin dudarlo, coincido !
Besos
08/02/2015
..olor, a sus ojos!? los ojos huelen!? wow! Hojas, hojas!!
08/02/2015
Hojas... ojos... quien dice hojas dice ojos, Don Sosa...
08/02/2015
Jajajaaa...Tranqui que así lo habíamos interpretado Evaristo: el olor de sus hojas...obvio las de
los libros !