Más allá del muro de los sueños....

A menudo me he preguntado si la mayoría de la humanidad se detiene alguna vez a reflexionar sobre la importancia de los sueños y el oscuro mundo al cual pertenecen.
Mientrás que la mayor parte de nuestras visiones nocturnas quizás no sean más que débiles y fántasticos reflejos de nuestras experiencias vividas, aun hay un cierto residuo cuyo etéreo carácter no permite una interpretación ordinaria y cuyo efecto vagamente excitante sugiere posibles visiones de una esfera de existencia mental no menos importante que la vida física, pero separada de ésta, por una barrera infranqueable.
A partir de esos recuerdos oscuros y fragmentarios podemos deducir mucho, pero demostrar poco, podemos adivinar que en los sueños la vida, la materia y la vitalidad, no son necesariamente constantes. A veces creo que ésta vida menos material, es nuestra vida verdadera y que nuestra vana presencia en el globo terráqueo es, en sí misma, un fénomeno secundario o meramente virtual.
Porque sufro al despertar, que mis sueños no sean sueños, sino mi propia realidad.

 

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