TOMO LA PALABRA

TOMO LA PALABRA

Elijo las palabras, no las armas,
las prefiero, las absorbo, las amaso,
las atrapo y, como en un zarpazo,
las lanzo al enemigo, busco la calma.

Tomo la palabra como promesa
para decir al mundo mis verdades,
busco esquivar así banalidades
y hago blanco en mi certera presa

Ofrezco mi tesoro, hoy, azul y alado
al que ignora decidido, su sordera,
al que, pertinaz, remedia su ceguera,
Va tras el mismo sueño y está de mi lado.

Tomo la palabra, que al oprimido
negaron los de arriba para siempre
con la soberbia que asiste al insolente
sin calcular el capital perdido.

Peleo, conciente, y palabra en mano,
para estrechar los lazos invisibles
de espacios vacíos pero no imposibles
que enlacen tu vuelo con el mío, hermano.

Tomo la palabra que me elige,
la libero de su olor a desuso,
la engalano y protejo del abuso
que la tarea de escritor me exige.

 

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