LA NUEVA ENERGIA

Publicado por
@MONYC_RUBI

05/05/2005#N5675

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En esta breve parábola se esconde lo que se supone que tenemos que hacer con los dones de Dios en
esta nueva era.
Parece ser que había dos grupos de guerreros en un sitio determinado del
planeta Tierra. Los dos grupos tenían conocimiento de los nuevos dones de
Dios en la nueva era, y cada grupo incluía guerreros de la luz. Comprendían
sus contratos y sabían que había fuer­zas oscuras en acción que quisieran
evitar que alcan­zaran sus objetivos personales. Así pidieron a Dios los
dones de la nueva energía y cada guerrero recibió su paquete según habían
pedido.
Cada paquete dado a los guerreros era personal, y cada uno de ellos contenía
tres elementos: una espa­da, un escudo y una armadura. La espada
representa­ba la verdad y nunca podía romperse. La verdad es pura, y la
espada ofrecía, también, una defensa per­fecta contra los engaños de los
oscuros. El escudo representaba el conocimiento -conocimiento de la
debilidad del enemigo, y conocimiento de eones de archivos de los antiguos.
Ninguna energía podía penetrar el escudo, puesto que el conocimiento
anu­laba los secretos y las conspiraciones. Los secretos y las
conspiraciones no pueden existir en la luz del conoci­miento porque su poder
depende de un espacio negro de ignorancia. La armadura representaba el
"manto del espíritu de Dios". Era la sabiduría de conciencia espiritual que
daba a los humanos la capacidad como "partes de Dios" que son. Por lo tanto,
representaba la sabiduría de Dios en todas las cosas; especialmente la
sabiduría para poseer la verdad y apoyar el conoci­miento frente al ataque.
Sucedió que hubo un ataque coordinado de las fuerzas oscuras. Ambos grupos
de guerreros de la luz sentían que estaban preparados, y rápidamente
busca­ron sus poderosos dones para rechazar al enemigo. Al acercarse las
fuerzas oscuras, el primer grupo abrió sus paquetes y miró fijamente su
contenido con incredu­lidad.
¡Estaba todo desmontado! Había un manual con una nota que decía, "SE
REQUIERE MONTAJE". No podían estar listos a tiempo para enfrentarse al
ene­migo, y así este grupo de guerreros fue invadido y vencido por aquellos
que podían controlarlos. Sintieron amargura y pensaron que Dios les había
engañado con una falsa esperanza y sentimiento de seguridad. Curiosamente,
incluso después de la derrota, seguían teniendo sus paquetes pero pensaban
que las herramientas eran inútiles.
El otro grupo había abierto los paquetes tiempo atrás. Habían ensamblado las
herramientas y habían practicado su uso. Estuvo bien que así lo hicieran,
porque descubrieron que la espada era casi demasiado ligera para manejarla
correctamente. Descubrieron que el escudo tenía tantas posibilidades que les
era difícil saber exactamente cómo sujetarlo, ¡y vieron que la armadura era
realmente pesada! Con práctica y meditación, acabaron aprendiendo cómo
equilibrar todo, y estuvieron preparados.
Se dieron cuenta de que ninguna de las herramien­tas funcionaba si no era
con las otras. La armadura, lo más cercano a su piel, era la clave, porque
de algún modo les daba la sabiduría para controlar la espada y el escudo.
Además, el escudo se usaba de muchos modos dependiendo de la situación, y la
espada se controlaba fácilmente cuando se usaba adecuadamen­te el escudo.
Cuando llegó el ataque, el enemigo vio esta fuerza capacitada y escapó. La
batalla no existió, y los guerreros se regocijaron de su victoria. No hubo
víctimas y no se sufrieron heridas.
Desconozco el autor

 

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