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@CHICHEP
MINICUENTOS DE CHICHEPELLEGRINI
EL JUEZ Y EL REO
Esta vez el juez se sentó frente al reo, y quedaron a la misma altura.
CONCUVINATO
La noche sé junto con el dia al atardecer y tuvieron un espléndido amanecer.
ACUERDO
La víctima y el victimario acordaron su destino.
TRANSCRITOR
El anónimo escritor que habita mi mente, me permite cada tanto poner
mi firma bajo los escritos que transcribo
ACERO
El hombre vio como el ardiente acero penetraba el cerebro de su jefe.
Después declaro que había sido un accidente de trabajo en la metalurgia.
UNA BUENA ESCUZA
Querido pueblo en este acto quiero dejar claro, que no he cometido pecado,
pues estos hombres no tenían alma y solo les importaba el oro que nosotros
Llevamos a nuestro católico rey.
GUERRA
Los misiles caían sobre los habitantes de Admurdty, como lluvia de muerte,
mientras el poderoso imperio, juntaba a su pueblo en el templo para orar
por la vida de sus mercenarios y la muerte de los mal nacidos, que solo
querían la migaja que justificadamente le correspondía a los chanchos
Del emperador.
PAZ
El hombre castigaba a su mujer por no mantener la paazY el orden de la casa.
EL JUEZ Y EL REO
Esta vez el juez se sentó frente al reo, y quedaron a la misma altura.
CONCUVINATO
La noche sé junto con el dia al atardecer y tuvieron un espléndido amanecer.
ACUERDO
La víctima y el victimario acordaron su destino.
TRANSCRITOR
El anónimo escritor que habita mi mente, me permite cada tanto poner
mi firma bajo los escritos que transcribo
ACERO
El hombre vio como el ardiente acero penetraba el cerebro de su jefe.
Después declaro que había sido un accidente de trabajo en la metalurgia.
UNA BUENA ESCUZA
Querido pueblo en este acto quiero dejar claro, que no he cometido pecado,
pues estos hombres no tenían alma y solo les importaba el oro que nosotros
Llevamos a nuestro católico rey.
GUERRA
Los misiles caían sobre los habitantes de Admurdty, como lluvia de muerte,
mientras el poderoso imperio, juntaba a su pueblo en el templo para orar
por la vida de sus mercenarios y la muerte de los mal nacidos, que solo
querían la migaja que justificadamente le correspondía a los chanchos
Del emperador.
PAZ
El hombre castigaba a su mujer por no mantener la paazY el orden de la casa.
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