¿Porque Queremos cambiar al otro?

Publicado por
@DANTEX

25/01/2016#N57710

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¿Por qué queremos cambiar al otro?

por que queremos cambiar al otro
Un chiste dice que las mujeres nos enamoramos del Che Guevara y, luego, queremos quitarle la barba. ¿Por qué tenemos esa (mala) costumbre de querer cambiar al otro? Causas y consecuencias de lo primero que se nos ocurre hacer cuando comenzamos a ver los “defectos” de nuestra pareja.

Los terapeutas de pareja suelen decir que la gente se separa por lo mismo que se enamora y, en la mayoría de los casos, tienen razón.

Tendemos a buscar personas opuestas o con algún rasgo de personalidad que, quizás, a nosotros nos falte, creyendo que así podremos complementarnos. Entra en juego esa falsa creencia de que somos medias naranjas y que, con la llegada de otra media naranja, podremos ser una unidad completa, pero, ciertamente, la realidad suele demostrarnos que esto no es así.

Cada uno de nosotros es un ser íntegro y debemos tener bien en claro cuáles son nuestros defectos y virtudes. Recién ahí, podremos definir cuáles son los aspectos que buscaremos en la otra persona.


Las etapas del enamoramiento

4 – ACEPTACIÓN. Éste será un vínculo un poco menos pasional, sabiendo que el otro tiene defectos, que no tiene que estar a nuestra disposición, que todo lo que yo pensaba no es igual a lo que ocurre, que no todo lo que yo deseo es posible. Pero será un vínculo más sano también.

1 – AL PRINCIPIO, LA IDEALIZACIÓN. Cuando conocemos a alguien y comenzamos a compartir momentos, solemos entrar en una etapa de enamoramiento en la que no vemos los “defectos” del otro y, si lo hacemos, parecen no molestarnos, creyendo que con el tiempo serán cosas que se podrán modificar o desterrar. Esto se da porque se pierde objetividad en función de la idealización del otro: la persona “se ‘convierte’ en lo que yo deseo que sea”.

2 – LUEGO, EL DESENCANTO. Por eso, siempre después del enamoramiento como estado pasional, viene una cierta desilusión. Cuando el entusiasmo del inicio merma y la pareja queda enfrentada cara a cara sin idealizaciones, aparecen las frustraciones y, en lugar de buscar una salida que solucione, se piensa en cambiar al otro.

3 – BUSCAR CAMBIOS. Y ahí justamente está el error, en proyectar cambiar a la otra persona, en vez de aceptarla. Algo que no sólo es imposible sino también conflictivo. Si somos capaces de mirar con afecto esas partes que no nos parecen gratas y las integramos a nuestra cotidianidad, entonces, recién surgirá el amor verdadero, sin condiciones, en el que cada uno es aceptado y respetado con sus tiempos, defectos y virtudes.

La individualidad es necesaria

–          La individualidad es un punto, como muchos otros, que no hay que dejar de lado si queremos tener una relación sana y duradera.

–          Es necesario compartir un tiempo en común con la pareja, pero, también, un tiempo en donde cada uno tenga su propio espacio. No es bueno conformar una simbiosis, donde la existencia de uno dependa de la existencia del otro, porque esto, con el tiempo, lleva al aburrimiento y a la búsqueda de algo diferente.

–          Es importante aprender que no todo puede realizarse con la pareja y que, no porque no la queramos o porque deseamos aislarla sino porque, quizás, tengamos gustos diferentes y no disfrutemos de las mismas cosas. ¿Por qué tenemos que convencerlo para que mire películas románticas si él prefiere mirar fútbol? Es mejor que cada uno realice la actividad que tiene ganas y, después, volver a reunirse.

–          La mayoría de la gente se pelea porque quiere convencer al otro de que su postura es la correcta, pero no hay postura correcta. Hay que aprender a aceptar que lo que para mí es bueno, quizás, para mi pareja, no lo es. Esto demuestra solidez en una relación: poder aceptar que uno no es todo y que cada uno tiene su vida.

–          Pero esto no se logra si no hay comunicación. Éste es uno de los pilares fundamentales dentro de una pareja, así como lo son el amor y el respeto.

–          Es aconsejable aceptar al otro tal cual es y fomentar una buena relación, alimentando nuestro yo, y nuestra autoestima. Es importante aprender a pensar (en vez de reaccionar) en los momentos intensos, a observar nuestra responsabilidad, sobre todo si es una conducta que se repite en todas nuestras relaciones.

–          El secreto es poder mantener un equilibrio respetando los espacios, las necesidades y los deseos del otro, pero, también, los propios deseos, los cuales es necesario transmitir. Si podemos llevar a cabo esto, estaremos listos para disfrutar de la persona que elegimos y para amarnos sin trabas ni condiciones.

El otro como un espejo

–          Muchas veces, aquellas cosas que nos molestan de nuestra pareja son aspectos propios que tenemos reprimidos o no resueltos.

–          Al comienzo, nos fascina que él tenga eso que para nosotros es tan difícil tener. Nos atrae que la otra persona pueda hacer cosas que nosotros no podemos.

–          En la etapa de enamoramiento, no sólo aceptamos esas características en nuestra pareja sino que también las aceptamos en nosotros mismos. Pero, tiempo después, si no desarrollamos estos aspectos negados, vamos a entrar en un conflicto interno que repercutirá en la pareja.

–          Si nos molesta una situación, debemos ver qué cuestión personal se refleja en ese conflicto y qué camino seguir: si me alejo de él para alejarme de mi propia debilidad o si acepto la oportunidad de integrarme y resolver mi conflicto.

–          Entonces, en vez de utilizar mi energía para cambiar al otro, la utilizo para observarme, para conectarme conmigo mismo y  para conocer aspectos de mí que estaban ocultos; y, a partir de allí, descubrir qué es lo que yo necesito y qué me pasa con sus actitudes.

–          Es muy diferente encarar los conflictos que surgen en una relación con la actitud de revisar “qué me pasa a mí”, de enfrentarlos con enojo pensando que el problema es que estoy con la persona equivocada.

 


Pautas para encontrar una buena pareja

BUSCAR VALORES
 La búsqueda de un buen compañero no debe hacerse tanto a partir de rasgos físicos sino sobre aspectos de su personalidad o determinados valores que nos parezcan imprescindibles a la hora de la convivencia.

LA “HERENCIA” FAMILIAR
 Son dos asuntos enteramente distintos: la clase de personas que decimos querer y aquella que realmente nos atrae. Demasiados factores inconscientes nos impiden elegir realmente lo que queremos. Una de las influencias más determinantes en nuestra elección de pareja es la experiencia que tuvimos en nuestra familia.

ACERCARSE A LO POSIBLE
 Por otro lado, debemos desterrar el mito de las personas perfectas, porque no existen. De ahí que es importante alejarse de lo ideal para acercarse a lo posible y aprender que tendremos que adaptarnos a la otra persona, como ella tendrá que hacerlo con nosotros.

REVISAR NUESTRAS IDEAS SOBRE LA PAREJA
 Muchas personas terminan separándose a partir de la creencia de que, con otro, sería distinto y, por supuesto, relación tras relación siguen viviendo situaciones similares, donde el cambio es solamente el compañero. Es ahí donde se dan cuenta de que lo inadecuado no era su pareja sino su idea previa sobre la relación perfecta. Hay que liberarse de este pensamiento que sólo consigue alejarnos de la posibilidad de disfrutar y ser felices. En algunos casos, para lograr cambiar esos preconceptos se requiere de la consulta terapéutica.

 

Comentarios

@MONICABAN

25/01/2016



Creo que cuanto una persona está viva y viviendo se va modificando, (para bien o para mal).

Y que un vínculo que nos hace bien, nos hace mejores personas, y en este sentido uno cambia, pero desde dentro. (no sólo una pareja, una amistad, un familiar, un compañero de actividad, etc)

Creo también, que todos tenemos algunas cosas más resueltas que otras, algunos aspectos más claros que otros, que no existe el enamoramiento sin algo de idealización (porque inevitablemente y es propio del ser humano) se ponen aspectos que uno desearía, ya que no conoce al Otro y viceversa. Pero, a determinado nivel de madurez, uno ha aprendido más y logra  ser mucho más claro con el Otro y con uno.  De modo que aparecen “rayes”, pero si son compatibles, eso se ve en la misma marcha. Me río porque una amiga, (que era muy feliz con su esposo), tenía la teoría “de los rayes compatibles”, o sea no todo afecta a alguien del mismo modo, ni todo es tolerable. Y habiendo sinceridad y respeto, hay posibilidad de complementarse, y esto nada tiene que ver con ser “la media naranja”, sino con que hay gente más impulsiva y otro que es más reflexivo lo ayuda y se ayudan mutuamente,. Sábato siempre decía que su esposa: Matilde, lo alentaba y veía muchas cosas positivas, mientras él veía sin mucha alegría las mismas, de modo que hasta llegó a publicar sus libros gracias en gran parte al aliento y valoración que ella sentía por él y a la confianza y valoración que él sentía hacia ella.

Sí, veo fundamental compartir ciertos valores, porque hacen a que uno sea quien es. A su mirada del mundo, a sus prioridades. Al igual que qué se entiende por “pareja”. De todos modos, sin flexibilidad, sin comunicación, sin empatía, sin respeto y honestidad, ninguna relación humana llega a buen puerto…

Muy interesante la nota, para poder reflexionar…

Gracias. Mónica


 

   
@DANTEX

25/01/2016



Siempre  tu objetividas oportuna

Gracias Monica   
@MONICABAN

26/01/2016



smiley  
@LULY49

26/01/2016



Maravilloso texto y muy buena la opinión de MONI  
@DANTEX

26/01/2016



Mas creo que a veces no podemos  cambiar nosotros y queremos cambiar a los demas

Diria que es mas facil Intentar desde Uno mismo  
@MONICABAN

26/01/2016



Pensaba..., hasta el que no se modifica, está haciendo un flor de trabajo para cambiar de métodos y fortificar sus rigideces. 

Todos, por estar vivos, cambiamos (no siempre para mejor...)  Opinión con delay !!! Jaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Abrazo.