THE FEMALE ANIMAL
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@TIZIANA_A
THE FEMALE ANIMAL
"Despertada por el canto de la alondra, (Julieta) abre los ojos, se levanta del lecho, se viste de raso, de brocato, de terciopelo, se calza chapines de seda, aprisiona sus cabellos en una red de hilos de oro, se colorea las mejillas con agua de púrpura, los párpados con tierra de Egipto, los labios con pasta de carmín, se adorna con collares, con pendientes, con pulseras, con anillos, se perfuma con esencias arábigas, se mira en el espejo, sonríe, suspira y sale al balcón.
Toda Verona arde en riñas callejeras entre Montescos y Capuletos. Y en el centro mismo de la vasta reyerta, Romeo se bate encarnizadamente con Teobaldo. Julieta, parpadeando de estupor, piensa: "¿Cómo es que Romeo, en lugar de correr al pie de mi balcón y admirar mi vestido nuevo, mis alhajas, mi fresca belleza, sigue peleándose con ese estúpido de Teobaldo?".
Después de unos instantes vuelve a entrar en la alcoba, se arranca los collares, los aros, las sortijas, los brazaletes, hace volar por el aire los chapines de seda, se rasga el raso, el brocato, el terciopelo, arrasa con el agua de púrpura, con la tierra de Egipto, con la pasta de carmín, llora, grita:
- ¡ Y para esto me vestí ! "
Marco Denevi
"Despertada por el canto de la alondra, (Julieta) abre los ojos, se levanta del lecho, se viste de raso, de brocato, de terciopelo, se calza chapines de seda, aprisiona sus cabellos en una red de hilos de oro, se colorea las mejillas con agua de púrpura, los párpados con tierra de Egipto, los labios con pasta de carmín, se adorna con collares, con pendientes, con pulseras, con anillos, se perfuma con esencias arábigas, se mira en el espejo, sonríe, suspira y sale al balcón.
Toda Verona arde en riñas callejeras entre Montescos y Capuletos. Y en el centro mismo de la vasta reyerta, Romeo se bate encarnizadamente con Teobaldo. Julieta, parpadeando de estupor, piensa: "¿Cómo es que Romeo, en lugar de correr al pie de mi balcón y admirar mi vestido nuevo, mis alhajas, mi fresca belleza, sigue peleándose con ese estúpido de Teobaldo?".
Después de unos instantes vuelve a entrar en la alcoba, se arranca los collares, los aros, las sortijas, los brazaletes, hace volar por el aire los chapines de seda, se rasga el raso, el brocato, el terciopelo, arrasa con el agua de púrpura, con la tierra de Egipto, con la pasta de carmín, llora, grita:
- ¡ Y para esto me vestí ! "
Marco Denevi
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