MI ADICCION

Cai en el vicio cuando tenia 3 años. Mi tia Carola me regalo un juego que se llamaba "La Pequeña Ama de Casa". Consistia en una planchita, un lavarropitas, ollitas, platitos y un maridito al que habia que atender. Cuando cumpli 12 mi mama se enfermo. Papá trabajaba y tuve que ocuparme de todos los quehaceres domésticos. Esa circunstancia intensificó mi adicción, pero lo peor ocurrrió varios años después: me casé. Con el matrimonio me convertí en una arrastrada, una desesperada por el aseo, cuidado y atención del hogar. Era una hogardicta. La limpieza se convirtió en el centro de mi vida. Manchitas idetectables para el común de los mortales no podían eludir mi mirada de rayos infrarrojos. Y todo quería hacerlo con msi propias manos. No aceptaba ayuda de nadie. Ni hablar de una colaboradora doméstica. Fui exclava de detergentes, trapos de piso, virulanas, cepillos, enceradoras. Viva en estado de alerta respecto a nuevas recetas de cocina, precios de comestibles y liquidaciones de artículos domésticos. Ni siqueira embarazada pude eludir las garras de la siniestra compulsión que me atrapaba una y otra vez. El unico se que amé con la misma intensidad que a mi hijo fue... el piso. El piso me atraia como un imán maléfico. Entraba a mi casa y no saludaba a ndie sin antes mirar el estado de esa superficie, que, si no lucia inmaculada, podia sumirme en la mas honda depresion, despertar un demencial frenesi limpiador o un ataque de ira contra el responsable de la suciedad. La cocina era mi cuarto de star. Mi paseo favorito consistia en ir de casa al super y del super a casa. Engorde, descuide mi piel, mis dientes, mi vestuario, me acostaba exclusivamente con mi marido (cada mes y medio), corria desesperada de una obligación a la otra y ... (me da verguenza decirlo) ¡Me sentía bien!. No me hacia problemas y creia que no me faltaba nada.
Hasta que llego mi hijo a la adolescencia y comence a escuchar en la peluqueria, en el vecindario y en la tele voces femeninas que hablaban de una nueva mujer, una mujer increible que hace cosas fuera de su casa, va a reuniones de grupos, a talleres, sale con amigas, no depende economicamente del marido, tiene amantes y no da explicaciones a nadie. Me confundi mucho, y la verdad, senti que yo era una antigualla que servia nada mas que para cocinar, limpiar y atender a mi familia. Cuando les comentaba a esas mujeres en proceso de cambio como era mi vida descubria sonrisitas burlonas y miradas de piedad.
Gracias a Dios, un dia vino a visitarme una amiga de la infancia y se produjo el milagro. Estabamos, conversando tranquilamente cuando de pronto, sin querer, mi ex compañera escolar derramo cafe sobre el piso. Salte sobre ella como una pantera e intente estrangularla.En ese momento llego mi marido y evito el homicidio separandome por la fuerza. Fue como un relampago de lucidez; tome conciencia de la gravedad de mi mal y esa misma amiga cuya vida pude cercenar me dio el consejo qeu salvo mi vida: "Vos tenes que ir cuanto antes a las reuniones de Amas de Casa Anónimas".
Asi lo hice. Al poco tiempo de concurrir note los primeros signos de mejoria. El primero fue cuando se descompuso la aspiradora: no me preocupe por hacerla reparar. Otro dia vi una mancha sobre la colcha de mi cama y no me molesto en absoluto. Empece a pedirle a mi marido que compre comida hecha. Hace mas o menos un mes no me levante para prepararle el desayuno y cuando protesto le dije que se lo preparara el o que contratara una empleada. Mi hijo esta aprendiendo a lavar y planchar su propia ropa interior. Estoy haciendo yoga, estudio teatro, preparo y vendo tortas para cumples, el sabado pasado a la noche fui al cine con un grupo de compañeras de "Amas de Casa Anonimas"...¡Y el sabado que viene iremos a ese lugar donde los hombres se desnudan!! Yo no se si soy mas feliz que antes, pero me siento muchisimo mas moderna...

De: Ricardo Talesnik

 

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