JUAN SALVADOR GAVIOTA.

Publicado por
@AMAA

12/01/2006#N7504

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Nos hablaba de una gaviota que se atrevió a soñar. Le interesaba ser ella misma, vivir
intensamente, potenciar todos sus talentos
y posibilidades.

No aceptaba la vida monótona y siempre igual de la bandada que sólo se atrevía a vuelos rastreros, sin alma, detrás de los desperdicios que arrojaban los barcos.

Ella sentía en su alma el llamado de las alturas, la vocación de libertad. Por atreverse a proponer una vida distinta, la aislaron, la dejaron sola, la tacharon de loca, la desterraron.

Juan Salvador, la pequeña gaviota, aceptó la soledad del aprender de nuevo, la soledad de la búsqueda atrevida de mares nuevos, nuevos cielos, nuevos horizontes.

En lo profundo de su corazón adolorido, sentía que sus alas habían nacido para abrirse a la inmensidad de lo desconocido.

Y se arriesgó. Tras muchos ensayos fallidos, un día se encontró surcando los altos cielos, azules, maravillosos, inmensos, con un halo de eternidad. Y ese día entendió por qué y para qué había nacido gaviota.

Palpó el vértigo de lo profundo, vivió la
originalidad, la iniciativa, la creatividad.

Experimentó las honduras de la perfección:
llegar hasta el final de lo emprendido,
llegar hasta la raíz, el manantial de su
propio ser.

Ya no se trataba tanto de buscar la libertad, como de ser libre. Y se entregó apasionadamente a ser ella misma, sin ataduras ni temores.

Pero Juan Salvador Gaviota seguía amando a
los suyos a pesar de que lo habían desterrado. Y decidió volver a la bandada para enseñarles que la vida podía ser algo mucho más interesante que comer y disputarse los desperdicios de los
barcos.

Estaba seguro de que su empresa no iba a ser nada fácil, que de nuevo lo aislarían,
lo ofenderían, pues no estaban dispuestos
a cambiar ni a escuchar tranquilamente
que alguien les hablara de la necesidad de cambio.

No importaba que no lo comprendieran:
con que una sola gaviota se atreviera a soñar y emprender un nuevo vuelo, se justificaba su aventura.

En el fondo de su corazón, Juan Salvador Gaviota adivinaba que era imposible vivir intensamente su libertad sin intentar liberar a otros, que la plenitud implicaba el servicio.

Volvió sin prédicas ni alardes.
Sólo trataba de ser una auténtica gaviota
nacida para volar.

Poco a poco, algunas gaviotas jóvenes se
fueron acercando a presenciar su vuelo vigoroso. Y le pidieron que les enseñara a volar. No les importaba que la bandada los despreciara y expulsara. Querían volar, experimentar otra vida,
atreverse a ser libres.

Y se atrevieron. A vivir y a volar.
A ser ellas mismas.
*Juan Salvador Gaviota*

autor Bach

 

Comentarios

@OJOSVERDES

13/01/2006

me reconozco en esa gaviota... no se pelien, si quieren comento en los dos titulos...  
@OJOSVERDES

13/01/2006

o cargo yo de nuevo lo mismo asi peliamos todos...  
@OJOSVERDES

13/01/2006

amalia, bueno, entonces yo cargo el demente del bosque magico  
@OJOSVERDES

13/01/2006

mariposa de bellos colores, dos puntos. yo sigo volando, solo que vos estas avocada a nuevas flores y no me ves.... chan!!!  
@OJOSVERDES

13/01/2006

si cargamos el demente en lugar de el de mente, aqui parece que lo van a entender mejor juaaaaaaaaaa  
@OJOSVERDES

14/01/2006

misteriosa 44444444444444444444444444444444444444  
@OJOSVERDES

14/01/2006

champagne, estamos totalmente de acuerdo, yo se volar, uste?  

ARG

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