BASTA UNA CEBOLLA

Publicado por
@DULCEDELECHE54
BASTA UNA CEBOLLA
¿Conocen ustedes la fábula rusa de la cebolla? Cuentan los viejos cronicones ortodoxos que un día se murió una mujer que no había hecho en toda su vida otra cosa que odiar a cuantos la rodeaban.
Y que su pobre ángel de la guarda estaba consternado porque los demonios, sin esperar siquiera al juicio final, la habían arrojado a un lago de fuego en el que esperaban todas aquellas almas que estaban como predestinadas al infierno.
¿Cómo salvar a su protegida? ¿Qué argumentos presentar en el juicio que inclinasen la balanza hacia la salvación?
El ángel buscaba y rebuscaba en la vida de su protegida y no encontraba nada que llevar a su argumentación.
Hasta que, por fin, rebuscando y rebuscando se acordó de que un día había dado una cebolla a un pobre.
Y así se lo dijo a Dios, cuando empezaba el juicio.
Y Dios le dijo: "Muy bien, busca esa cebolla, dile que se agarre a ella y, si así sale del lago, será salvada."
Voló precipitadamente el ángel, tendió a la mujer la vieja cebolla y ella se agarró a la planta con todas sus fuerzas. Y comenzó a salir a flote. Tiraba el ángel con toda delicadeza, no fuera su rabo a romperse. Y la mujer salía, salía.
Pero fue entonces cuando otras almas, que también yacían en el lago, lo vieron.
Y se agarraron a la mujer, a sus faldas, a sus piernas y brazos, y todas las almas salían, salían.
Pero a esta mujer, que nunca había sabido amar, comenzó a entrarle miedo, pensó que la cebolla no resistiría tanto peso y comenzó a patalear para liberarse de aquella carga inoportuna. Y, en sus esfuerzos, la cebolla se rompió.
Y la mujer fue condenada.
Sí, basta una cebolla para salvar al mundo entero. Siempre que no la rompamos para salvarnos nosotros solitos.
José Luis Martín Descalzo, del libro Razones para vivir
SUSANA
¿Conocen ustedes la fábula rusa de la cebolla? Cuentan los viejos cronicones ortodoxos que un día se murió una mujer que no había hecho en toda su vida otra cosa que odiar a cuantos la rodeaban.
Y que su pobre ángel de la guarda estaba consternado porque los demonios, sin esperar siquiera al juicio final, la habían arrojado a un lago de fuego en el que esperaban todas aquellas almas que estaban como predestinadas al infierno.
¿Cómo salvar a su protegida? ¿Qué argumentos presentar en el juicio que inclinasen la balanza hacia la salvación?
El ángel buscaba y rebuscaba en la vida de su protegida y no encontraba nada que llevar a su argumentación.
Hasta que, por fin, rebuscando y rebuscando se acordó de que un día había dado una cebolla a un pobre.
Y así se lo dijo a Dios, cuando empezaba el juicio.
Y Dios le dijo: "Muy bien, busca esa cebolla, dile que se agarre a ella y, si así sale del lago, será salvada."
Voló precipitadamente el ángel, tendió a la mujer la vieja cebolla y ella se agarró a la planta con todas sus fuerzas. Y comenzó a salir a flote. Tiraba el ángel con toda delicadeza, no fuera su rabo a romperse. Y la mujer salía, salía.
Pero fue entonces cuando otras almas, que también yacían en el lago, lo vieron.
Y se agarraron a la mujer, a sus faldas, a sus piernas y brazos, y todas las almas salían, salían.
Pero a esta mujer, que nunca había sabido amar, comenzó a entrarle miedo, pensó que la cebolla no resistiría tanto peso y comenzó a patalear para liberarse de aquella carga inoportuna. Y, en sus esfuerzos, la cebolla se rompió.
Y la mujer fue condenada.
Sí, basta una cebolla para salvar al mundo entero. Siempre que no la rompamos para salvarnos nosotros solitos.
José Luis Martín Descalzo, del libro Razones para vivir
SUSANA
Más notas de CuentosVer todas
Más notas de Cuentos

VIVENCIAS (Champagne)
@CHAMPAGNE 26/01/2006

Fuegos Artificiales x 4
@SERGIO 03/09/2016
Vivimos en una poca peligrosa. El ser humano ha aprendido a dominar la naturaleza mucho antes de haber aprendido a dominarse a s mismo.
Albert Schweitzer)El nmero de personas que engaan es seguramente considerable; pero el de las personas que se engaan a s mismas es infinitamente mayor
Louis-Claude de Saint-Martin