EL PEQUEÑO HOMBRECITO

Escrito por
@MARAS2006

13/03/2006#N8526

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EL PEQUEÑO HOMBRECITO
(Para damas mayores de 40)

En un cuartucho olvidado, de un hotel de mala muerte, el pequeño hombrecito prepara sus redes. Copia poemas, revisa notas, esboza un perfil, escribe cartas, inventa una vida, un personaje. ¿A quien le escribe? A ti, dama de más de 40, a su “Dama de la Luz”.
Desafiando el frío que le cala los huesos, olvidando el hambre que se anuda en sus tripas, se dirige a un ciber. Pide una máquina y comienza a navegar nerviosamente las páginas de internet.
Busca los conocidos sitios de encuentros virtuales. Relee el perfil que ha ideado. Lo mejora, lo actualiza y lo guarda en un disco. Prepara la trampa. La colocará en todas las páginas que le permitan un perfil gratuito. Es un trabajo arduo, pero dará sus frutos.
“Busco una dama de mediana edad, sencilla, alegre y bondadosa....” Dejará pistas para que sus damas puedan escribirle aún cuando se acabe su membresía en el sitio. Y simplemente, esperará...
Paga el ciber con las escasas monedas que le restan... ahora solo espera.
Si consigue algo de dinero, más tarde entrará en las salas de chat, para acelerar el proceso.
Y tú, Dama de más de 40, harta de la soledad, de las mentiras, de la desconsideración con que te han tratado... tú le escribirás... o él te encontrará.
Tú que aún eres atractiva, inteligente, independiente, reúnes los requisitos que debe tener una “Dama de la Luz”.
El primer contacto está hecho. Te contará su historia.
De profesión periodista. Educado en Estados Unidos. Triste historia familiar. Tres hermanos en el exterior. Viudo de su primer matrimonio, divorciado del segundo. Sin hijos. Sin padres.
Pasando por una complicada situación económica. Con problemas legales en Estados Unidos, que no le permiten repatriar su fortuna personal. Lo dirá como al pasar, sin darle mayor importancia... Sus abogados se ocupan del tema y le giran dinero frecuentemente. De eso vive, además de su trabajo en un importante medio gráfico de Los Ángeles.
Te dedicará poemas, canciones, cartas interminables, y te llamará su “Dama de la Luz”.
Conquistará tu corazón, te lo aseguro.
Lo conocerás personalmente. Al verlo por primera vez te sentirás decepcionada. Querrás huir... verás que estoy en lo cierto.
Su aspecto no es precisamente atractivo. Desde luego, no es tu tipo, ni cerca. Pero decides darle una oportunidad. Después de todo, no te ha ido tan bien con los que se parecen a Brad Pit.
Dama de más de 40, has cometido el mayor error de tu vida, has caído en sus redes!!!
El pequeño hombrecito tratará de acelerar los tiempos. Habrá un par de salidas y un bombardeo de poemas. Te declarará su amor por toda la eternidad. Se arrodillará a tus pies, te venerará.
En el momento oportuno, te llamará angustiado. Ha sido víctima de un robo. No le ha quedado ni para comer, ni hablar de pagar un hotel!! ¿Podrías ayudarlo hasta la próxima semana? Está a punto de recibir una remesa de dinero que le enviarán sus abogados desde Estados Unidos. Te pagará con creces el favor que le hagas. Sin contar que te ha ofrecido matrimonio, porque eres su “puerto blanco” y contigo ha decidido pasar el resto de sus días.
Lo acoges en tu casa. Se transforma en parte de tu vida. Te atenderá como a una princesa. Eres su “Dama de la Luz” y tendrás su devoción.
A cambio, serás quien pague su comida y su ropa; las salidas nocturnas, las cenas, el cine; atenderás sus necesidades básicas. Pero todo lo que gastes te será devuelto. Recibirás un giro a tu nombre desde Estados Unidos. Te pagará hasta el último centavo. Es su promesa.
El encantamiento lleva un mes de vida. Planean negocios juntos, hijos tal vez, una vida...
Pero los cuentos de hadas también tienen un final. No todos son felices.
El pequeño hombrecito debe viajar por una nota para el diario en el que trabaja. Será a Bolivia, Perú, Venezuela.... dependiendo del acontecimiento político del momento. Será un viaje breve, un par de semanas, tres a lo sumo.
Prepara sus maletas. Parte de su ropa quedará en tu casa. Le prestas algo más de dinero para el viaje, pues aún no llega la remesa desde Los Ángeles. No importa, el dinero llegará a tu nombre, así te lo han hecho saber sus abogados. Ellos te escriben frecuentemente para hacerte saber que recibirás el dinero a la brevedad.
Se irá... Habrá mensajes por e-mail, llamadas telefónicas, te irá contando sus actividades diarias.
Han pasado dos semanas. Ya no llama por teléfono pues las comunicaciones son caras. Los mensajes por e-mail son cada vez más distantes, desaparecerá algunos días.
Llamas con insistencia a su celular y siempre te atiende la casilla de mensajes. Llamas a su hotel pero te informan que ya se ha marchado. Tienes un nudo en el corazón. Escribes al diario y jamás te responden. Buscas desesperadamente en internet, siguiendo su itinerario.
Finalmente te llama una mañana. Estuvo gravemente enfermo en la selva boliviana. Casi muere. No tenía manera de hacértelo saber. Su amor por ti está intacto y regresará a tu lado la semana próxima...
Esperas... esperas...
En un lejano país, a orillas del Caribe, el pequeño hombrecito se despide de su “Dama de la Luz”. Debe cubrir una nota en Perú. Promete enviarle a la brevedad el dinero que le ha facilitado. La besa largamente... promete regresar a su “puerto blanco” y quedarse para siempre...
El pequeño hombrecito desembarca en un aeropuerto en Venezuela. Allí lo espera su siguiente “Dama de la Luz”. Es muy hermosa, piensa mientras la besa con pasión.
“Finalmente he llegado a casa”, le dice emocionado...
Y las “Damas de la Luz”, desde Colombia hasta Buenos Aires, siguen esperando el regreso de este pequeño caballero, de gran lunar en el lóbulo de su oreja izquierda. De este pequeño caballero sin fortuna y con cicatrices en sus brazos y piernas. Cicatrices que dan testimonio de su oscuro pasado, de esa parte de su vida que no coloca en su maravilloso perfil.

(basado en hechos reales)


 

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