EL SENTIDO DE MI VIDA

Tantas veces pregunto el por qué de cada cosa,
e intento hallar significados.
A veces quiero rescatar sólo algo
de impactos recibidos, de envíos lanzados.

Siempre indago, escarbo, busco,
alerta y atenta a lo que me pasa,
potenciando mis sentidos para no perderme
ni una sensación, ni una esperanza.

Siento dentro mío enormes desazones
cuando me invade la desconfianza.
Me afectan profundamente los pesares,
los dolores, las añoranzas.

Rememoro épocas ya idas, añoro mi infancia,
extraño la protección de mi padre quien,
extendiendo sus alas, aún en un pequeño lugarcito
a su lado me cobijaba.

Resuenan en mis oídos la voz de mi madre
y esas canciones que siempre cantaba.
Añoro esos espacios remotos
que de niña naturalmente ocupaba.

Recuerdo aún aquellas fantasías
al pensar en mi mañana.
Ese futuro que ya es mi hoy cotidiano,
con miles de cosas no concretadas.

En esto consiste para mí la vida:
búsqueda de senderos, a veces de atajos,
darle sentido a lo que se presenta
aunque lo hallado me haga mil pedazos.

Erradicar la palabra “imposible” de mi lenguaje,
convencerme de que puedo.
Luchar sin desmayos por conseguirlo,
por lo que pienso, por lo que creo.

Aprender cada día un poco más,
sacar provecho de mi tiempo.
No quedar encerrada en el recuerdo,
y seguir soñando, porque no todo es cuento.

Permitirle a la niña que llevo dentro,
que se asome y saboree el mundo.
No perder la alegría ni la sonrisa
en la búsqueda de mi rumbo.

Escribir con tinta fresca cada día
una hoja en el libro de mi vida.
Valorar lo conseguido:
Querer y ser querida.

De los proyectos infantiles
que no encontraron su camino...
tengo este presente que hoy vivo
construyendo día a día mi destino.

 

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