Hacernos comprender

Todo ser humano es presa de preocupaciones y temores, sin embargo, se oye frecuentemente el siguiente consejo: "No te preocupes, tranquilízate..." como si nuestra lucha con las dificultades no fuese algo natural.



Sin embargo, debemos mantenernos calmados para lograr que nuestra inquietud conlleve a una certera solución.



Un estadista inglés decía: "Nunca desesperes, pero si desesperas, sigue trabajando aún así".



Algunas personas pierden este sentido de perspectiva y se conducen hacia la autodestrucción.



Quizá la mayor insensatez que podemos cometer es ser herméticos con nuestros propios problemas, desperdiciamos oportunidades para comprender a los demás y hacernos comprender. A menudo nuestras preocupaciones pueden volverse más llevaderas si buscamos el consejo de un amigo leal. La única manera adecuada de soportar un gran sufrimiento es hallar una gran consolación.



También nos preocuparíamos menos de los problemas propios si pensáramos un poco en los demás y ¡qué consolados nos sentiríamos si pudiéramos ver que nuestras luchas forman parte de esa pugna inmensa de la creación entera por crecer y renovarse! Bajo esa luz, nuestras ansiedades se convierten en símbolos de la determinación del hombre para mejorar su destino.



Pretender vivir sin dificultades, sin temores ni preocupaciones es pretender condenarnos a no seguir creciendo y alejarnos de la posibilidad de vivir a plenitud.



Whitman Ardis

 

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