Mi alma desnuda

Escrito por
@KASALEWA
Era una tipica y fria mañana de Junio. En el vidrio de la ventana de la habitación se habia condensado la humedad, efecto termostatico que le daba una semi transparencia. Marcelo dejo de contemplarla y se apresuro a terminar de prepararse para salir. Ese dia tenia examen de quimica en la tercer y cuarta hora y queria llegar temprano al colegio para aprovechar al maximo el tiempo disponible y repasar lo estudiado. Mientras tomaba el desayuno aprovecho para pelear un poco con su hermana Miriam, solo para no perder la costumbre, saludo a su mama Cristina y salio rumbo a la parada de colectivos. El viaje era corto, pero ese dia, a causa de arreglos que hacia la Municipalidad, el colectivo se desvio tomando por una calle desconocida para él. Algo sucedió en ese momento, marcelo no sabia que era, una sensación extraña lo invadia mientras observaba las casas desconocidas. Aunque no tenia idea que le sucedia, se daba cuenta de una cosa, algo que mucha gente pasa toda su vida sin saber que es. A sus escasos 14 años, Marcelo se habia dado cuenta que a su vida le faltaba algo, y necesitaba saber que era. Pasaron algunos años hasta que descubrio que era y para ello sucedieron otras dos circunstancias especiales. El segundo indicio lo tuvo a los 17 años, al realizar un viaje a Gral Roca en la Provincia de Rio Negro para visitar a su padre. En su estadia, una tarde, salio a caminar, tomo la ruta en direccion a Cipolletti, el pueblo mas cercano. Después de caminar bastante, se acerco hasta el pie de un cerro y comenzo a subir, hasta llegar a una altura importante y simplemente se sento en la ladera a contemplar el ocaso, sintiendose maravillado e infinitamente pequeño al espectro de colores y contrastes del sol ya agonizante. Aunque estaba casi seguro de haber descubierto cual era el motivo de aquella sensación extraña que experimentara años atrás, aun hizo una ultima prueba. El tercer indicio, la prueba definitiva, la hizo unos años mas tarde, una mañana, se sento al volante de su Fiat y empezo a manejar. Marce no tenia un lugar de destino, tenia una meta. Tres veces cargo combustible, tomando rutas y cruces, intentando recordar el camino para el regreso. Después de unas horas, detuvo el coche en un pequeño pueblo de la Provincia de Buenos Aires, no sabia donde estaba, pero sabia que el azar lo habia llevado hasta alli. Se quedo un tiempo mirando la gente desconocida que cruzaba la plaza, las paredes despintadas de una iglesia emplazada a lado de un colegio primario, sintiendo el olor a la hierba recien cortada por la municipalidad en la plaza del pueblo y se dio cuenta que jamas hubiera conocido ese lugar si no hubiera salido a la deriva. La sensación de sentirse libre, de estar donde nunca se planifico estar, de observar lugares nunca antes vistos. Marce quiere algun dia poder sentir el agua fria del rio Ural, rozar con su mano la rispida pared de piedra de la pirámide de Keops, escuchar el grito del viento en el Gran Cañon de Colorado, oler el perfume de los tulipanes de la campiña francesa, observar la luz de las antorchas de la “marcha blanca” en la noche de Tierra del Fuego, contar los colores de la aurora boreal en el artico o respirar el aire anciano de una cueva celta en el norte de Irlanda. Hay tantas maravillas por descubrir, tantos lugares donde sentirse completamente libre. Definitivamente la naturaleza pinta los mejores cuadros. Estan muy lejos, es cierto, pero después de todo… ¿Qué es un millon de kilómetros?... solo unos cuantos pasos… solo es cuestion de dar el primero. Marce.-
Más notas de LibreVer todas
Más notas de Libre

NO TE VAYAS LUCAS !!!!!!!
@Lily_1605 26/04/2005

Balance de Medio Siglo
@MILJAN51 25/04/2005

POR SI VOLVIERAS - JORGE ROJAS
@OJOSMIEL 05/09/2016

Motoqueros por siempre
@LEONARDO67 21/08/2016