CUENTO JAPONES - EL SEÑOR PAJA

Publicado por
@MONYC_RUBI

10/04/2005#N5537

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"Cuento Japonés del Señor Paja".













Era una vez, hace muchos muchos años atrás, y claro, porque las
mejores
historias siempre pasan hace muchos muchos años ..., un hombre llamado
señor
Paja.

El no tenía casa, ni mujer, ni hijos. Para ser franco, solo tenía la
ropa
del cuerpo. Pues el Señor Paja no tenía suerte. Era tan pobre que mal
tenía
que comer y era extremadamente flaco. Por eso las personas lo llamaban
Señor
Paja.

Todos los días el señor Paja iba al templo a pedir a Dios fortuna para
mejorar
su suerte, y nada acontecía. Hasta que un día ..., el oyó una voz
susurrar:

- La primera cosa que usted tocara cuando sale del templo le traerá
gran
fortuna.

El Señor Paja se llevó un susto. Se resfregó los ojos, miró otra vez,
más
vió que el templo estaba vacío. Igual pensó:

"Yo soñé o fue el Dios de la fortuna que habló conmigo ?". En la duda,
corrió
hacia fuera del templo, al encuentro de la suerte.

Mas en la prisa, el pobre Señor Paja tropezó en las gradas y fue
rodando
hasta el final de la escalera, donde cayó a tierra. Se puso de pie,
arregló
sus ropas y percibió que tenía alguna cosa en la mano. Era un pedazo de
paja "Bueno", pensó el, "un pedazo de paja no vale nada, mas, si el
Dios
de la fortuna quiere que me lo quede es mejor guardarlo".

Poco después apareció una libélula zumbando en su cabeza. Intentó
espantarla,
más no pudo. La libélula zumbaba locamente alrededor de la cabeza de
él.
"Muy bien", pensó el. "Si no quiere irse que se quede conmigo".

Amarró la libélula al trozo de paja y se fue.
Continúo descendiendo hacia la calle con la libélula y la paja.

Luego encontró una florista con un hijito, camino al mercado, donde
vendía
flores. Venían de muy lejos. El pequeño estaba cansado, sudado, y podía
verse lágrimas en sus ojos. Más cuando el chico vio la libélula
zumbando
amarrada al trozo de paja, su rostro se animó.

- Madre, me da una libélula ?, pidió
- Por favor !

El chiquillo está tan cansado, tan sudado, que puede quedar más feliz
con
un regalito. Y el señor paja dio la libélula.

- Es mucha su bondad! - dijo la florista.
- No tengo nada para darle a cambio , solo una rosa. Acéptela!. El
señor
Paja agradeció y continuó su camino, llevando la rosa.

Anduvo un poco y vio un joven sentado debajo de un árbol, con la cabeza
entre sus manos. Parecía tan infeliz que el Señor Paja le preguntó que
le
había pasado.

- Voy a pedir mi enamorada en casamiento hoy en la noche !- Quejose
rapaz.
- Mas soy tan pobre que no tengo nada para darle.

- Bueno también soy pobre - dijo el Señor Paja.
- No tengo nada de valor, mas si quiere darle esta rosa, es suya.

El rostro del muchacho se iluminó con una sonrisa al ver la espléndida
rosa.

- Quédese con estas tres naranjas por favor! - dijo el joven.
- Es lo único que puedo darle a cambio.

Y el Señor Paja siguió andando, cargando las tres suculentas naranjas.

Luego encontró un mercader ambulante.

- Estoy empujando el carro el día entero y estoy con tanta sed que me
voy
a desmayar. preciso un poco de agua.
- Veo que no tiene ni un poco por aquí ! - dijo el Señor Paja.
- Mas si quiere puede chupar estas tres naranjas.
El mercader quedó tan agradecido que tomó un rollo de la más fina seda
que había en el carro y se la dio al Señor Paja, diciendo:

- O Señor es muy bondadoso. Por favor, acepte esta seda a cambio.

Y el Señor Paja mas de una vez siguió por la calle, con el rollo de
seda
debajo del brazo.

No había dado diez pasos cuando vio pasar una princesa en su carruaje.
Tenía
un mirar preocupado, mas su expresión luego se alegró al ver al Señor
Paja.

- Dónde consiguió esa seda ? - gritó ella.
- Es justamente la que estoy buscando. Hoy es el aniversario de mi
padre
y quiero darle un quimono real.

- Bueno, ya que es el aniversario de él , tengo placer en darle esta
seda
! - dijo el Señor Paja.

La princesa mal podía creer en tamaña suerte.

- El Señor es muy generoso!- dijo sonriendo.
- Por favor, acepte esta joya a cambio.

El carruaje se alejó, dejando al Señor Paja asegurando la joya de
inestimable
valor brillando a la luz del sol.

"Muy bien", pensó él, "comenzó con un trozo de paja que no valía nada y
ahora tengo una joya. Encuentro esto muy bueno."

Llevó la joya al mercado, la vendió, con el dinero compró una
plantación
de arroz. Trabajó mucho, aró , sembró, cosechó, y cada año la
plantación
producía más arroz. En poco tiempo, el Señor Paja se hizo rico.

Mas la riqueza no lo modificó.
Siempre ofreció arroz a los que tenían hambre y ayudaba a todos los que
lo necesitaban. Decían que su suerte había comenzado con un trozo de
paja,
más quien sabe .... tal vez comenzó con la generosidad ?

Desconozco el autor

 

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